“Antes, los de Medinas no pasaban a La Trinidad y los de La Trinidad no se acercaban a Medinas”, dijo Adán Acosta. Le pone mucho orgullo a sus palabras porque él, uno de los pocos fundadores que quedan, creó el club Nueva Chicago. Podría ser un club ejemplar para lo que pregona la Conmebol por estas hora en la Copa América: “vibra el continente” es el lema del torneo.

La frase que está en un parche en cada manga izquierda de las remeras de las selecciones alude a un mensaje de unión generado por la pelota de fútbol. Eso mismo logró este señor que ahora porta 71 años.

Hace casi cuatro décadas, en 1985, quedaba oficialmente establecido el club cuyo predio está frente a su casa. Donde hoy hay canchas de fútbol, un contrapiso bien rugoso en el que se juega al vóley, una oficina y un escenario permanente de cemento firme, antes había cañaverales que separaban Medinas de La Trinidad.

Es bien curioso lo que provocó Nueva Chicago en esa parte de la geografía, distante unos 90 kilómetros de la capital tucumana. La calle de tierra de la avenida Belgrano al 400 separa apenas por los pocos metros de su ancho a las dos poblaciones. “En el club estamos del lado de Medinas. Y en mi casa, en La Trinidad”, detalló Andrea, una las hijas de Adán.

Ella le sumó una de las actividades que brinda el club donde, asegura, se pueden bailar más de 20 ritmos en superficies muy variadas. En el césped, por ejemplo, se mueven los niños y niñas de su escuela “Baila conmigo”. La clase sabatina de dos horas, a la tarde, fue una buena previa para empezar a entrar en “modo aliento” para apoyar a la Scaloneta.

Este día dejaron el escenario despejado porque es mejor aprovechar de frente el sol que, de todos modos, perdió la batalla ante el frío. Es en la pared de la tarima donde se consuma en imágenes la obra maestra que Adán y sus amigos concretaron. Ahí están pintados los escudos de La Trinidad y Medinas y en el medio el de Nueva Chicago.

“Nos llegamos a la Madre Superiora que estaba ese año y le dijimos que no teníamos donde jugar”, recordó Acosta. El pedido fue aceptado por las hermanas de la escuela Cristo Rey. El espacio lindante fue cedido gratuitamente por unos años y ahora se firma un contrato. Hasta 2025, la cifra del alquiler es de $19.500. “El negocio más chiquito hasta el más grande nos colabora para mantener el club”, contó con tono de agradecimiento el presidente de Nueva Chicago.

El alquiler es casi simbólico reconocen, ya que tienen espacio de sobra las 24 horas los 365 días del año. “Acá está abierto todo el tiempo. El último que se va, sabe que tiene que poner la cadena y cerrar”, relató Acosta.

El ex trabajador del Ingenio La Trinidad partía muy temprano desde su casa hasta el trabajo a unas pocas cuadras. Por la vereda del hogar, el trayecto era Trinidad-Trinidad; si lo caminaba por la acera del club unía Medinas-La Trinidad. “Creo que a mi me dieron una pelota de fútbol, en vez de un chupete”, bromeó Acosta. Será por eso que ahora aprovecha para dedicarse de lleno al fútbol. No es que antes no lo hizo, sino que ahora la dedicación es full-time. En su época de jugador fue arquero. “Justo el día que quise jugar, me corté el tendón de Aquiles cuando me fui a parar en la posición de 10”, recordó el episodio que lo sacó de adentro de los campos de juego.

La lesión lo puso al costado de la cancha. Acosta sigue dirigiendo  no a un nivel tan competitivo como la Liga Tucumana de fútbol, sino al equipo de veteranos del Barrio Obrero que compite en el torneo de Concepción. ¿Por qué buscaron a don Adán? “Entre los 30 jugadores se pusieron de acuerdo y dijeron: ‘lo busquemos a Adán que él va a decir es blanco y lo es y no vamos a estar peleando’”, comentó.  

Varios de los futbolistas que pidieron sus servicios ya habían sido dirigidos por Acosta. Lo conocen y saben del éxito que consiguió como DT. “En 1997 dirigí a Sportivo Trinidad que ganó el Apertura y el Clausura. Logramos el ascenso a Primera de la Liga”, acreditó sus pergaminos. En su archivo de carpetas con folios hay fotos con estrellas como Ricardo Bochini, imágenes con desconocidos que no se acuerda porqué se fotografiaban con él, panfletos y fotocopias de LA GACETA.

“A mí me enorgullece como hija lo que hizo y hace”, explicó Andrea. Más allá de lo deportivo, la dama de 37 años se encargó de destacar lo que Adán genera desde otra perspectiva. “Es alguien que ama el deporte e inculca eso a los jóvenes y también a los adultos. Yo me sorprendo cuando la gente viene y le pregunta sobre la historia del pueblo. Ahí me quedo escuchándolo”, reconoció la profesora. En esos diálogos, seguramente Andrea escuchó la razón por la que el club se llama Nueva Chicago. “Estábamos en el río con los amigos fundadores. Teníamos que pensar como lo íbamos a llamar. Justo uno había estado de viaje en Buenos Aires, en Mataderos. Ahí conoció a Nueva Chicago y cuando nos contó decidimos poner ese nombre”, explicó el motivo, bastante casual por cierto, de haberse bautizado como el club bonaerense.

De ellos también tomaron el apodo de “El Torito de Mataderos” y lo pintaron en grandes proporciones en una de las paredes de la oficina. A la par además dibujaron el escudo, escribieron “fundado por un grupo de amigos” y la fecha, 1-7-1985. Sí; mañana primero de julio, hay festejos porque el club cumple 38 años y dos pueblos lo festejarán.  

Palabras autorizadas

Si en estas épocas de Copa América algún habitante de La Trinidad necesita datos para saber qué puede llegar a pasar en los duelos de Argentina, es un buen momento para preguntarle a Marcelo “Bolillón” Soria. “Año tras año, con cualquier técnico, demuestran que están evolucionando constantemente”, analizó el ex jugador que compitió en la Liga ecuatoriana. Ecuador, con solo empatar hoy, será el rival de Argentina en los cuartos de final. “Cuando yo jugué, no había tantos chicos jóvenes. Es lo que llevó a Ecuador a donde está ahora”, agregó el delantero que jugó en Deportivo Cuenca (1997) y Deportivo Quito (1998).

Actualmente, juega en Trinidad A, en la Liga de Concepción, donde es compañero de Pedro Olalla. “Oso”, que como “Bolillón” jugó en Atlético, también es vecino de La Trinidad. Él, que jugó en Bucaramanga, América de Cali y Unión Magdalena de Santa Marta, todos equipos de Colombia, puede analizar a la selección considerada como potencial finalista ante Argentina si es que sigue en carrera. “Tiene las armas para llegar a la final, pero la final contra Argentina será diferente”, anunció. Según Carlos “Pibe” Valderrama, una leyenda del fútbol de Colombia, la “albiceleste” perderá ante sus compatriotas. En ese sentido, Olalla sabe qué es lo que puede alterar el esquema efectivo que hasta aquí viene mostrando el equipo de Lionel Scaloni. “El colombiano es muy atrevido en su juego, técnico y dinámico. Harán un juego muy físico, cosa que no le gusta a Argentina”, concluyó el ex jugador.