Cantar une. Y si en una competencia la imagen que trasciende es la de la rivalidad, en la cual vale todo con tal de ganar, lejos está de replicarse en la experiencia que llega esta noche a su fin en Lo de la Paliza (Laprida 181), donde desde las 22 será la última ronda para definir a los ganadores de la segunda edición de su certamen Nuevo Artista de la Casa, instancia a la cual llegaron 10 participantes (ver “El jurado y la definición”).
Es que en el campo artístico, y cuando el cuerpo y la garganta están involucrados y las emociones se cuelan por todos lados, más que ver en el otro a un enemigo se lo registra como un compañero de ruta. Haber llegado a la final implica un reconocimiento y un aprendizaje, que atraviesa a todos sin distinción de edad, y que los impulsa a confirmar que el trayecto recorrido sirve de mucho y que aún queda más por caminar.
Sobre el escenario habrá de todo. Adolescentes que aún transitan la secundaria, hermanos gemelos que cantan por separado, adultos con distintas profesiones... Y esa variedad se comprueba también en los géneros que se escucharán: folclore, rock, baladas, canciones románticas y más discurrirán en el restó cultural ante la mirada del jurado que deberá definir el certamen. El público también tendrá su voto y elegirá por su parte a un vencedor. Al igual que lo que pasará esta noche, los protagonistas asumen su voz en esta nota:
- Ramón Santos Liza tiene 51 años y hace tres décadas que canta en público folclore. “Empecé medio de casualidad. Un día un amigo me invitó a cantar en una reunión, la gente me pidió otra y así comenzó todo”, evoca. Como solista o en grupo (integró el cuarteto vocal Almagreste, con proyección nacional) recorrió distintos festivales, e incluso integró la delegacion tucumana en Cosquín. “Canto para aliviar las penas y endulzar un poco la vida; entro en otra realidad y muchas veces no me doy cuenta de la reacción de la gente hasta que bajo del escenario. La música es todo: vida, compañía, terapia en algunos casos... sin ella todo sería oscuro”, afirma. Entre sus escuchas menciona a Jorge Milikota y a Jorge Rojas y como poetas, Abel Sayagues y Flavio Cruz. “Pero en este certamen interpreté otros estilos como la balada y algo de rock para mostrarme ante gente que quizás no me escuchó nunca y eso se agradece.
- Mariano Jarjal desafía la idea de que el tango es para los mayores y se enrola en la renovación generacional del 2x4 que existe en el NOA. Tiene 18 años y desde hace varios está en la movida milonguera, con presencia en festivales nacionales.
“Estoy realizando el profesorado de música en el Instituto Superior de Música de la UNT (Ismunt). Canto porque es la manera de expresar mis emociones y conectar con mi alma. La música representa mi vida, en ella está todo lo que me sucede en el día a día, en cada canción, en cada melodía y en cada armonía”, remarca, y menciona como cantantes favoritos a Jorge Valdez y al Polaco Goyeneche, mientras que como compositores, a los hermanos Homero y Virgilio Expósito, Homero Manzi, José María Contursi y Cátulo Castillo, entre otros.
“Este concurso forma una parte más de mi vida musical, pero lo más importante es que me permitió conocer muchos artistas buenos y que son tucumanos, que es lo importante”, agrega el joven.
- Ameli Ibañez es la benjamina de los finalistas. “Tengo 14 años, soy estudiante de segundo año del colegio San Martín de Tafí Viejo, pero vivo en el barrio 11 de Enero, en San Miguel de Tucumán”, dice la artista, que se centra en el género melódico, con sus preferidos Mon Laferte, Bruno Mars y Abel Pintos.
“Haber llegado hasta la final fue un gran desafío para mí. El canto es algo que se volvió muy importante para mí, me produce muchísima felicidad y me hace sentir cosas inexplicables. Este concurso me sirvió para darme cuenta que ganés o no, no se define tu carrera. También me ayudaron muchísimo las opiniones del jurado, ya que son personas que saben muchísimo de ello”, resalta.
- Diego Sebastián Campero estudia en la Academia de Canto Profesional de Melina Imhoff. Tiene 39 años, es empleado y prefiere el folclore melódico y las baladas en general.
“Mi artista y compositor favorito es Jorge Rojas. Vengo de una familia de músicos, lo que ha influido profundamente en mi amor por lo artístico. Canto porque la música es mi pasión desde muy joven; es un cable a tierra que me llena de emociones, me permite expresarme y conectar con las personas. Ser parte de este evento representa la oportunidad para compartir mi arte con un público más amplio y crecer como artista. Cada show se lo dedico a mi familia”, afirma el competidor.
“Quiero agradecer de manera especial a Cecilia Paliza, a todo el jurado y a su equipo por darme la posibilidad de concursar y escucharme. Esta oportunidad es muy valiosa para mí y estoy muy agradecido por ello”, sostiene.
- Agustín Godoy tiene 20 años y es hermano mellizo de Ignacio, también finalista; ambos estudian en el Ismunt, pero compiten por separado en Lo de la Paliza.
“Canto porque siento que es parte de mí, me libera y me deja entrar en ese estado de calma que a veces uno busca; además es divertido y algo que me llena espacios vacíos en mí. Confío ciego en que sin música no se podría vivir”, admite este seguidor del rock nacional y de las óperas, aunque su artista y compositor preferido es Freddie Mercury.
Aprovecha el escenario como “una oportunidad para mejorar como cantante y hacerme visible en el ambiente de la música en la Argentina, algo que me gusta mucho y además colabora con mi sueño de ser algún día un compositor o cantante”.
- Ignacio Godoy estudia en el Ismunt con el propósito de “perfeccionarme en el ámbito musical y artístico”. Al tiempo de elegir, menciona a Aerosmith y a Abel Pintos, por sus “canciones hermosas que transmiten un montón de sentimientos”.
“Siempre me hago la pregunta de por qué canto, y me respondo que es porque me complementa como persona... canto cuando estoy triste y cuando estoy feliz. Hacerlo es mi manera de escapar a un mundo donde todo lo puedo expresar con notas y melodías. La música estuvo siempre presente en mí vida: desde chico me encanta escuchar y repetir las canciones que cantan mi mamá y mi papá y esta experiencia valiosa me está ayudando un montón a ganar confianza al perfeccionarme como artista y ser humano”, aporta.
- Ignacio Martín Cuellar tiene 15 años, es de Alderetes donde cursa el cuarto año del secundario en el colegio San José Obrero. Subió por primera vez a un escenario a los siete años (ya cantaba desde los cuatro) y a los ocho grabó un CD, por lo que el certamen le permite “mostrarme al público y poder marcar mi progreso en el folclore y también en el rock nacional”.
Abel Pintos vuelve a aparecer entre los preferidos, mientras que Mercedes Sosa es su referencia en lo popular. Como autores, señala a Luis Alberto Spinetta y a Gustavo Cerati, y en la provincia su referente en el cancionero popular es Rubén Cruz.
- Lucas Gabriel Paz cumplió 41 años, y es empleado de comercio en el rubro alimentos. Nació en Mones Cazón, provincia de Buenos Aires, pero vive en Tucumán desde hace 20 años.
Llegó al canto hace casi un lustro por la decidida insistencia de su esposa: “me decía que estudie, que tenía voz de locutor, y ella me enseñó. Ahora la música es mi gran pasión, y haber sido ser evaluado por profesionales y que ellos hayan podido guiarme y saber si realmente lo hago bien, me va a dar el impulso necesario para largarme como profesional. Por el momento, mi lugar de encuentro con amigos son los karaokes, de los cuales disfruto muchísimo pero quiero tener mi banda”.
Su género elegido es el rock nacional (Pappo, Divididos y Memphis aparecen en su lista), pero interpreta desde tango hasta cumbia, pasando por los temas de Cacho Castaña, otro de sus intérpretes favoritos.
- Gabriela Hidalgo admite que, a sus 54 años, “cantar era una materia pendiente, mi sueño desde adolescente; siempre amé la música pero en mis tiempos solo había que estudiar y ser profesional”.
“Cuando tenía 19 años no sabía qué hacer de mi vida, no quería estudiar nada hasta que conocí a alguien que me hizo enamorar de la cocina y descubrí un mundo de sabores, aromas y colores... nunca antes había cocinado, en mi casa lo hacía mi abuela , así que me convertí en chef. Trabajé en Buenos Aires, después puse mi negocio en Tucumán y actualmente dirijo la cocina de un sanatorio muy conocido. Me casé, me separé y volví a formar pareja y tuve cuatro hijos que crecieron. Con mi nuevo compañero fuimos a estudiar canto, y es el mejor día de la semana. Al llegar a la final, ya no me importa el resultado, ya me siento ganadora, estoy realmente orgullosa de lo logrado”, sintetiza, y en su repertorio aparece el género melódico con Luis Miguel a la cabeza, seguido por los trovadores españoles Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.
- Guillermo Altamira cierra la lista. “Tengo 59 años, soy empleado y vivo en Tucumán. Estoy seguro de que la música es una parte importante en la vida de todas las personas”, se presenta este tanguero de ley, seguidor de Jorge Valdez, Jorge Falcón y Goyeneche en su último tiempo, mientras que como autor destaca a Abel Aznar.
“Realmente esta posibilidad que me brinda Cecilia de participar en el concurso es importante para mostrar lo que uno sabe y gusta, lo que quedó demostrado al llegar a la final”, concluye el cantante.
El jurado y la definición
Hubo 276 inscriptos en este llamado
A principios de año, Lo de la Paliza hizo una primera edición del concurso El Nuevo Artista de la Casa. Por la repercusión, ahora repitieron la convocatoria y se inscribieron 276 artistas. “Como la anterior vez, se hizo una preselección a través de videos que enviaron a nuestra página y los 60 elegidos cantaron en vivo en seis galas. Pasaron 20 a la semifinal y de ellos quedaron 10 finalistas, todos excelentes cantantes tucumanos de todas las edades, mayores de 14 años”, señala Cecilia Paliza, integrante del jurado junto a Pablo Vera y a Nannie Witich. Esta noche se consagrarán tres ganadores (dos de ellos serán definidos por el jurado interviniente, y el restante lo será por el voto del público presente), con la idea de que sean “artistas integrales, es decir que manejen técnica vocal e interpretación”, adelanta. “Estoy felizmente sorprendida por tanto talento emergente en nuestra provincia y de poder abrir humildemente mi espacio físico para que ellos inicien una gran carrera, como la que todos los artistas soñamos. Este nuevo concurso nos da fuerzas para seguir adelante apoyando el arte local; es como poner nuestro granito de arena”, agrega. El show será sin cobro de derecho de espectáculo.