Es posible pensar que las frutas son alimentos sin efectos adversos. Son sanas y bajas en calorías por lo que se recetan en toda dieta saludable. Sin embargo, en ocasiones, algunas pueden dañar ser pejudiciales para alagunos órganos como el hígado.

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El hígado es el órgano que trabaja constantemente para mantenernos sanos. Es el encargado de la mayoría de las actividades metabólicas y es el efecto de su acción el que nos permite asimilar los nutrientes que ingerimos y eliminar las sustancias nocivas.

¿Las frutas pueden perjudicar la salud hepática?

Este órgano se beneficia de hábitos como la actividad física así como la baja ingesta de sustancias tóxicas como el alcohol o el tabaco. La alimentación es otro pilar fundamental de la salud de nuestro hígado y que puede tener amplias consecuencias en el mismo si no prestamos atención a las comidas que incorporamos a nuestro cuerpo.

Algunos alimentos pueden resultar especialmente perjudiciales para el hígado, sobre todo si son consumidos habitualmente y en exceso porque dificultan sus funciones. Inclusive algunas comidas pueden estar terminantemente  prohibidass para personas con disfunciones hepáticas como el hígado graso o la inflamación.

La inflamación hepática puede emperorar con el consumo de ciertas frutas.

Las frutas son esos alimentos que resultan casi inofensivos. Son destacadas en las dietas debido a sus aportes de vitaminas, minerales, grasas sanas, proteína, calcio, fibra, antioxidantes y fitonutrientes. Son ideales para mejorar nuestros hábitos alimenticios, sin embargo si se padece de algún problema hepático es fundamental registrar cuáles de ellas podemos elegir.

¿Cuáles son las frutas que pueden dañar a nuestro hígado?

Por lo general el hígado se beneficia del consumo de los nutrientes de las frutas en una dieta equilibrada y sana. Pero en algunas ocasiones las mismas pueden causar el efecto contario. Algunas frutas tienen un alto contenido de glucosa lo que puede perjudicar a los individuos que padecen de hígado graso o inflamación hepática.

Los higos, las uvas, mangos y ananá son ejemplo de esos alimentos. En el caso de los primeros, se trata de frutas dulces y suaves que contienen una gran cantidad de azúcar con cifras que rondan los 16 gramos por cada 100 de la fruta. Lo mismo sucede con los mangos y las uvas, una taza de estos contiene alrededor de 23 gramos de azúcar, lo que los hace parte de los alimentos con mayor índice glucémico.

El mango es una de las frutas con más azúcar en su contenido.

Sin embargo, si nuestro consumo es moderado y no abusamos de ellos, nuestro cuerpo puede beneficiarse de los mismos, con aportes como la mejora del sistema inmunológico, el crecimiento celular y la reducción del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.