La maternidad es una experiencia profundamente personal y única. Sin embargo, está muy influenciada por las expectativas sociales y culturales, que varían de una comunidad a otra. Estas expectativas son comunicadas y reforzadas a través de medios de comunicación, publicidad y, significativamente, por otras mujeres en el entorno inmediato de la madre.

Desde tiempos inmemoriales, la maternidad ha sido idealizada como un rol natural y esencial de la mujer. Sin embargo, esta idealización conlleva una serie de expectativas que pueden ser abrumadoras para las madres, sobre todo primerizas; expectativas que, a menudo, resultan inalcanzables.

Los medios de comunicación y la publicidad juegan un papel crucial en la construcción de estas imágenes idealizadas. Un trabajo realizado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires indica cómo los anuncios publicitarios tienden a mostrar a las madres como figuras perfectas, siempre sonrientes y capaces de equilibrar múltiples responsabilidades sin demasiados esfuerzos.

Este tipo de representación puede generar una presión indebida sobre las madres, que se sienten obligadas a cumplir con estándares irreales.

Las mujeres a menudo reciben mensajes contradictorios de otras mujeres, tanto de sus contemporáneas como de generaciones anteriores. Por un lado, hay un apoyo incondicional y una comprensión compartida de los desafíos que implica la maternidad. Por otro lado, también existen críticas y juicios, a veces sutiles, sobre cómo se debe ejercer el rol de madre y sobre cómo se debe ver una madre.

Un ejemplo reciente que ilustra la tensión entre la realidad y las expectativas es el caso de Nicole Neumann. La modelo y presentadora de televisión fue objeto de controversia cuando realizó un video con una maquilladora en el sanatorio, después de salir de una cesárea y recibir el alta para volver a su casa con su hijo recién nacido. Este episodio desató una ola de comentarios y críticas en las redes sociales. Muchas personas argumentaron que esa acción reflejaba una preocupación superficial por la apariencia, en un momento que debería ser de recuperación y cuidado.

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Pero claro, nadie quiere mostrarse vulnerable en redes sociales. Neumann defendió su decisión argumentando que maquillarse la hacía sentir mejor y más fuerte para enfrentar la situación. Este caso pone de manifiesto la presión constante sobre las mujeres para que no solo sean buenas madres, sino también mantengan una apariencia impecable, incluso en circunstancias difíciles.

Un estudio que realizó la consultora Trendsity sobre 400 madres y padres de bebés de hasta 9 meses reveló que el 70% de las madres se sintieron juzgadas por la forma en que alimentan a sus bebés y el 86% expresó que esto les causa sobrecarga y agotamiento. La dificultad para hablar sobre las exigencias de la lactancia es alta, ya que el 80% de las madres siente que la sociedad no lo ve bien. La presión externa, principalmente de otras mujeres en su círculo cercano, lleva a un 73% de las madres a sentir el peso de la crianza, con un 67% sintiéndose limitadas en su vida cotidiana.

Además, la investigación mostró que la lactancia y el trabajo son fuentes significativas de estrés. Más de la mitad de las madres siente la presión de volver al trabajo rápidamente mientras intentan ser madres perfectas. Un ejemplo de esto puede ser la modelo “Pampita” Ardohain, quien a la semana de haber sido madre estaba participando del programa de televisión “Bailando”.

Puerperio

La salud mental es una preocupación importante, con el 71% de las madres experimentando angustia y un 93% de acuerdo en que se necesita más información profesional sobre los desafíos mentales posparto. Para el confort familiar, el estudio sugiere que el bienestar de la madre es crucial, ya que una madre que se siente apoyada y con libertad para elegir contribuye positivamente al desarrollo del bebé.

El periodo de puerperio, que sigue al parto, es una etapa crítica para la salud mental de las madres. Es un momento de cambios hormonales significativos, ajustes emocionales y físicos, y a menudo, una falta de sueño severa. La combinación de estos factores puede llevar a trastornos del estado de ánimo posparto, como la depresión posparto, que afecta aproximadamente al 10-15% de las madres según la Organización Mundial de la Salud.

El apoyo emocional y psicológico durante esta etapa es crucial. Las madres necesitan un entorno de contención donde puedan expresar sus emociones y recibir apoyo sin ser juzgadas. La maternidad, en su esencia, debe ser una experiencia apoyada, comprendida y valorada en su totalidad, sin el peso de expectativas inalcanzables.