Una mañana marcada por la tensión se vivió en las inmediaciones de la Casa Histórica, donde comerciantes de libros usados denunciaron el secuestro de su mercadería por parte de empleados municipales, en el marco de la llegada del presidente Javier Milei para relanzar el postergado Pacto de Mayo, el cual se firmaría el próximo 9 de julio en Tucumán.

Alberto Aguirre, integrante de la comisión de la Feria de Libros, expresó en Buen Día su descontento y consternación ante lo sucedido. "Nos desayunamos con que había un camión de la municipalidad y varios empleados rompiendo los candados de los quioscos sin ninguna autorización", relató, quien denunció que los libros fueron cargados en el vehículo sin previo aviso ni documentación oficial que justificara tal acción.

Según Aguirre, el operativo involucró a tres empleados de la Municipalidad, cuatro de la PPC y dos individuos que se presentaron como encargados municipales. "Empezaron a reventar los candados de los quioscos y a cargar todos los libros en el camión sin ninguna autorización. No había ningún papel que dijera que venían a hacer algún secuestro, nada", agregó.

Los comerciantes, que llevan más de tres décadas ofreciendo sus servicios en la histórica zona, ahora buscan justicia. "Nosotros ahora lamentablemente tenemos que ir a lo legal, a la justicia. Vamos a denunciar penalmente, porque yo pienso que un quiosco, por más que esté en cualquier lugar, es una propiedad privada. No puede la municipalidad tomar atribuciones y venir a reventar quioscos y sacar los libros como si fueran basura", sostuvo Aguirre.

El miembro de la comisión de la Feria de Libros insistió en que el espacio donde trabajan les fue otorgado hace años por la intervención provincial, en una época en la que las autoridades reconocieron la importancia cultural de la feria. "Nosotros estamos acá desde hace 32 años y tenemos la autorización para estar aquí", explicó.

La preocupación de los comerciantes no se limita solo a la pérdida de su mercadería. Según Aguirre, el operativo no solo se llevó los libros, sino que también causó daños materiales. "Nos rompieron un ventilador, pisotearon todo. ¿Quién se hace cargo de todo ese daño? Queremos que la intendenta tome cartas en el asunto y nos apoye", declaró, enfatizando que buscarán responsabilizar legalmente a la municipalidad y a la empresa de recolección de residuos involucrada.

LA GACETA FOTOS DE ANA LÍA JARAMILLO

A pesar de que, según Aguirre, las autoridades han sugerido que los comerciantes pueden recuperar sus libros, el daño ya está hecho. "Nos dijeron que podemos bajar los libros, pero ya los han desarmado. Nosotros queremos ir a lo legal y exigir una respuesta justa por el atropello que hemos sufrido", concluyó.

"Nadie tomó ningún puesto", dice la Municipalidad

Tras el inconveniente con los puesteros, Carolina Oliver, subsecretaria de Relaciones Institucionales del municipio de la capital, brindó declarciones a LA GACETA Central para aclarar la posición de la municipalidad frente a las denuncias de comerciantes de libros que aseguran que sus productos fueron secuestrados sin justificación.

Oliver negó categóricamente que se tratara de un desalojo. "Lo que se hizo hoy es parte de un trabajo que comenzó hace dos meses, cuyo objetivo es poner en valor la plaza junto a la Casa Histórica y la plaza de los Congresales. Este es un espacio que queremos revalorizar para que sea más atractivo, tanto para los vecinos como para los turistas; y también para mejorar las condiciones de trabajo de los feriantes y libreros", explicó.

La funcionaria detalló que el operativo incluía un proceso de empadronamiento de los comerciantes y artesanos que operan en la zona. "Iniciamos el empadronamiento hace dos meses, y hasta la fecha hemos registrado a tres libreros, quienes eran los únicos en condiciones de operar legalmente. El resto eran puestos abandonados y en mal estado, con material acumulado, libros mojados y rotos, y basura esparcida por todas partes", señaló.

Al respecto de la situación denunciada por los libreros, Oliver fue enfática en que la municipalidad actuó de acuerdo con un plan establecido y comunicado con antelación. "Les informamos que debían limpiar sus espacios, y hoy procedimos a retirar lo que era claramente basura y escombros. No se vulneró ninguna propiedad privada ni se rompieron candados", aseguró la subsecretaria.

LA GACETA FOTOS DE ANA LÍA JARAMILLO

Polémica

Uno de los puntos más polémicos fue la presencia de libros en el camión de la municipalidad, lo cual fue interpretado por los libreros como un secuestro de su mercadería. Oliver aclaró que los libros retirados estaban en mal estado y que nunca se sacó nada de los puestos de los comerciantes. "Esos libros estaban mojados, rotos y a la intemperie. Cualquiera que considere que son de su propiedad y que tienen algún valor puede reclamarlos sin problemas", declaró.

La funcionaria subrayó que el operativo tenía como objetivo limpiar y mejorar la seguridad del área, ya que se habían recibido numerosas denuncias sobre el mal estado de la zona. "Nosotros no estamos aquí para vulnerar derechos, sino para garantizar que este espacio sea seguro y digno, tanto para los trabajadores como para los visitantes", destacó.

En cuanto al empadronamiento, Oliver explicó que se establecieron criterios claros y accesibles para todos los comerciantes. "Los feriantes deben presentar una fotocopia del DNI, un carnet de sanidad, un certificado de reincidencia y detallar su actividad comercial. Este es un proceso estándar que aplicamos en todas las ferias de la ciudad para mantener un registro y asegurar la calidad y legalidad de las actividades", indicó.

La subsecretaria también mencionó que el empadronamiento está abierto y que cualquier feriante que quiera regularizar su situación puede hacerlo. "Queremos que todos tengan la oportunidad de trabajar en condiciones legales y seguras. No estamos aquí para perjudicar a nadie, sino para mejorar la situación de todos", afirmó.

Perspectivas contrapuestas

Mientras Oliver defendía la intervención como una acción necesaria para la puesta en valor del lugar, los libreros y otros feriantes expresaban su descontento. Señalaron que no fueron adecuadamente informados y que sus bienes fueron tratados de manera despectiva. "Nosotros no estamos mintiendo. Este operativo se hizo de manera abierta y transparente, y está enfocado en mejorar el espacio para todos", concluyó Oliver.