La posibilidad de acelerar audios y videos fue una opción muy requerida por los usuarios de diversas plataformas por el ahorro de tiempo que la nueva función ofrecía. Sin embargo, los especialistas en salud mental alertan sobre los problemas de memoria que puede generar esta práctica si se realiza con frecuencia.
Cuáles son las señales del alzheimer que aparecen en el cuerpo y que deben ponerte en alertaEsto ocurre con los audios de WhatsApp, con videos, podcasts y hasta con los últimos capítulos de la serie que se desea terminar de ver. Esta tendencia reciente, conocida por su término en inglés, speedwatching, es mucho más frecuente entre los jóvenes y adolescentes, aunque todos los sectores de la población suelen recurrir a ella.
De qué manera afecta a nuestra salud mental el speedwatching
La licenciada María Paula Castro, psicóloga de staff, del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitario Austral explicó a Infobae que “el speedwatching surge como un síntoma de la cultura de la inmediatez en la cual los tiempos de espera desesperan. Vivimos en un mundo con sobredosis de información atractiva, lo que nos genera ansiedad y deseamos absorber la mayor cantidad de esa información en el menor tiempo posible”.
Por su lado, Sylvie Pérez, psicopedagoga y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), expresó al portal de noticias de esa casa de estudios: “El speedwatching es un modelo de consumo actual que ofrece varias ventajas, aunque también tiene consecuencias, más aún en las generaciones jóvenes que se encuentran en un periodo de formación y aprendizaje, así como en un proceso de madurez de capacidades como la atención, la retención, la comprensión y la memoria”.
Sobre la manera en la que esta práctica afecta a nuestra salud mental, la licenciada Castro explicó: “Puede que comprendamos una idea general, pero que perdamos detalles significativos al acelerar los tiempos de reproducción. Es muy probable que, si utilizamos esta práctica en exceso, se vean afectadas nuestra memoria y capacidad de procesamiento o comprensión profundas. Necesitamos tiempo y calma para poder incorporar información detallada y almacenarla en nuestra memoria. La velocidad altera estos procesos cognitivos”.
¿Cuáles son las consecuencias de esta tendencia de consumo?
Según Pérez, la estimulación rápida y permanente genera una gratificación en el cerebro y no requiere tanto esfuerzo mental. “La retención y comprensión de la información permite interiorizarla y desarrollar sobre esta base la capacidad crítica, pero con el consumo acelerado estamos anulando esa capacidad, así como la atención o la gestión de los tiempos de espera”.
Por otro lado, Castro indica que los jóvenes “al tener acceso a toda la información que quieren, en el momento que lo deseen e inclusive poder manipular la velocidad de reproducción, cualquier actividad que involucre calma o paciencia puede provocarles frustración o ansiedad. Paradójicamente, esta sobrecarga de estímulos y la necesidad de estar siempre al día, con temor a perderse de algo, genera mucho estrés y ansiedad”.
La experta expresó que el cerebro de los adolescentes se encuentra en formación hasta la adultez, por lo tanto, necesita calma, descanso, pausas y tiempo para poder desarrollarse.