El narcotráfico es un delito tan complejo que a veces ni las buenas noticias se pueden celebrar. Durante el primer cuatrimestre de este año el decomiso de droga se duplicó con respecto al mismo período de 2023. El número es revelador no por la calidad, sino porque es un indicio de que el NOA se estaría consolidando como una región narco del país y donde no hace falta cruzar la frontera para comprar estupefacientes.

En la página oficial de la Nación, Gendarmería publica cada uno de los procedimientos que realiza en distintos puntos del país. Se informó, por ejemplo, que entre el 1 de enero y el 30 de abril de 2024 esta fuerza secuestró unos 3.300 kilos de drogas, más del doble de los decomisados en 2023. La sustancia más incautada fue cocaína: de unos 1.300 kilos hallados el año pasado, en los cuatro primeros meses se incautaron casi 3.000 kilos, una tendencia que podría marcar un récord a fin de año. También se duplicó el hallazgo de marihuana: los uniformados encontraron 300 kilos, más del doble del primer cuatrimestre de 2023.

La cocaína incautada representa nada más y nada menos que U$S 7,5 millones. Esa cantidad de droga en la calle se transforma en 27.000 kilos, teniendo en cuenta que los narcos la estiran hasta nueve veces. Son en total 270 millones de dosis de un gramo cada una. Vendiéndolas a todas se puede conseguir hasta U$S 830 millones en ganancias. Estos son números que sirven para entender por qué crece la actividad ilícita.

La cantidad de procedimientos también se incrementó. En el primer cuatrimestre de 2024 hubo 68; en 2023, 49. Si se define “procedimiento” como medidas en las que se encuentra droga, estas cifras encierran una realidad. Los especialistas sostienen que el incremento de secuestros no está atado al aumento de los controles, sino que se vincula a la mayor producción de sustancias en el exterior y, posiblemente, en el mismísimo territorio nacional. Fundamentan esta teoría sosteniendo que si esa es la cantidad de estupefacientes decomisados, los que no se encuentran serían muchísimo más.

Fenómeno

Los expertos ya no tienen dudas. En Latinoamérica hay una superproducción de cocaína. Bolivia y Colombia dejaron de ser los únicos países en producirla. Con el correr de los años se sumó Perú. Según la Organización de las Naciones Unidas, en un informe de 2022, en estos tres países se utilizaron más de 350.000 hectáreas para el cultivo de hojas de coca, la materia prima de esta sustancia. Los analistas sostienen que en los próximos meses habrá nuevos datos. Anticipan que serán durísimos, ya que aparecerá en la escena de forma gravitante un cuarto país: Ecuador.

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En las estadísticas siempre se pueden encontrar números que dejan al descubierto algunas situaciones. Por ejemplo, bajó el decomiso de droga que ingresa desde Bolivia. Los narcos, aparentemente, no tienen que cruzar la frontera para comprar cocaína. Más del 50% de la cocaína secuestrada en los primeros cuatro meses de este año tiene un mismo origen: la localidad salteña de Orán.

En otras palabras, los traficantes de la muerte encuentran en el país la sustancia que luego trasladarán hasta otras provincias para comercializarla. Los grandes volúmenes, según la teoría de los investigadores, son trasladados en vuelos narcos al chaco-salteño. Por vía terrestre, son llevados a los puertos del río Paraná con destino a otros continentes. En el informe cuatrimestral, no hubo ni una carga trasladada por vía aérea decomisada. Tampoco funcionan los radares para detectar los vuelos en el norte del país.

Otro dato importante es el secuestro de marihuana. Se duplicó con respecto al año pasado por una sola razón: el NOA se transformó en zona productora a gran escala. Los narcos ya no necesitan viajar al litoral para comprarla. La consiguen en Salta, en principio, proveniente de Bolivia, pero cada vez hay más sospechas de que la zona de clima tropical de esa provincia fue elegida para cultivarla.

Diferentes realidades

Salta aparece en el informe como el “centro de compras” de estupefacientes. Allí se secuestraron poco más de 2.000 kilos de drogas (1.900 cocaína/140 marihuana) durante el primer cuatrimestre. La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, visitó hace poco más de una semana esa provincia y recorrió las zonas fronterizas. “Estamos trabajando en la elaboración de un plan que ayude a la coordinación entre las Fuerzas Federales (principalmente la Gendarmería Nacional) y la Policía provincial, que sea beneficioso para los salteños y para todos los argentinos”, afirmó la ministra.

Días después, el gobernador salteño Gustavo Sáenz cambiaba la cúpula policial en esa provincia. “En el fuero federal cada vez más llama la atención que narcos o dealers salteños o de Bolivia sean atrapados en Santiago del Estero o en Tucumán. Es decir que logran pasar tranquilamente la provincia”, escribió el periodista Pablo Juárez, del diario “El Tribuno”.

Los investigadores cuentan que Bullrich pretende que todo el NOA tenga su “Operativo Lapacho”. Es un sistema que implementaron fuerzas federales con la Policía de Tucumán para blindar los controles en los puestos fronterizos. En Tucumán, sólo Gendarmería Nacional cuadruplicó el secuestro de cocaína (de 15 kilos pasó a más de 60) y concretó el secuestro de 27 kilos de marihuana, cuando el año pasado había logrado incautar dos kilos.

El hallazgo de drogas también sirve para aclarar algunas cuestiones complejas. Por ejemplo, Córdoba aparece como el mayor destino de la cocaína secuestrada en el primer cuatrimestre de este año. Según los registros, hasta el 30 de abril, los gendarmes evitaron que llegaran a esa provincia más de 1.600 kilos de esa sustancia. El número es sorprendente, más si se tiene en cuenta que en idéntico período de 2023, sólo se incautaron 10 kilos. Pero en el mundo narco todo tiene una explicación. En este caso en particular, “La Docta” aparece cada vez más cerca de los clanes rosarinos y de los grupos que están sospechados de despachar grandes cantidades de droga hacia otros países.

El ex fiscal cordobés Bernardo Alberione investigaba las causas en las que estaban involucrados supuestos narcos en San Francisco, localidad que limita con Santa Fe. En agosto pasado fue amenazado. “El que avisa no traiciona. Metete en tus cosas si querés a tu familia”, le dijeron. En marzo se jubiló, aunque desmintió que lo hubiera hecho por ese acto intimidatorio.

“El avance del narcotráfico es rapidísimo. Esta es una tierra fértil, que fue liberada y ahora nadie se hace cargo. ¿Quién va a tomar las decisiones? Luchar contra el narcotráfico depende de estrategias y debe hacerlo alguien capacitado”, reflexionó Alberione después de abandonar el cargo.