En los últimos días, un youtuber muy conocido de la industria tecnológica planteó una pregunta desafiante que quizás pocos se habían hecho. Marques Brownlee tiene más de 19 millones de seguidores en Youtube, más de 1.600 videos y no solo hace revisiones de los últimos teléfonos o tablets, sino que también tiene acceso a las principales figuras de Silicon Valley, como por ejemplo, Tim Cook, el CEO de Apple a quien entrevistó hace una semana. A propósito justamente de los anuncios de dicha compañía, Brownlee planteó en un video esta inquietud: ¿la inteligencia artificial es una funcionalidad o es un producto?
La pregunta, hecha en inglés, en realidad utilizó el término “featured” que es un poco más ambicioso que “funcionalidad”. Una funcionalidad puede ser solo una característica de un producto, pero una “featured” hace referencia a un aspecto distintivo del mismo, es decir, que puede mejorar sus capacidades o bien la experiencia del usuario.
En el ámbito tecnológico, además, significa mucho más que un simple complemento, ya que hace referencia a la distinción en el mercado por su innovación o su capacidad disruptiva. Es decir, o bien puede amplificar las características de un producto que ya existían (una pantalla con mejor calidad que otras o una cámara con más megapixeles), o bien puede romper con las reglas ya establecidas y crear un nuevo mercado (el teléfono inteligente o Facebook, para tomar dos rápidos ejemplos).
La pregunta de Brownlee propone pensar si la inteligencia artificial es un producto como ChatGPT, es decir, una plataforma cuya principal función es responder preguntas por su cúmulo de información y procesamiento; o bien si es un conjunto de funcionalidades como las que están presentando las compañías de teléfonos con las que prometen tener los dispositivos más inteligentes de la historia.
Pero en realidad, la IA como funcionalidad ya existe entre nosotros hace muchos años. Cuando Gmail detecta que un correo electrónico es “spam” está utilizando una funcionalidad de IA, al igual que cuando Netflix nos muestra cuáles son las películas que nos podrían interesar. El reconocimiento de imágenes, la publicidad digital, y hasta el propio Google se construyeron sobre modelos de IA para perfeccionar sus prestaciones y convertirse como productos innovadores, muchas veces sin necesidad de decir que utilizaban IA.
Desde el lanzamiento de ChatGPT comenzamos a conocer más productos que se definen en sí como una IA. Al poco tiempo aparecieron Copilot de Microsoft, Bard o Gemini de Google y otros asistentes menos conocidos pero hasta más potentes como Claude. Estos productos hoy se están integrando en los teléfonos celulares como aplicaciones y la industria planea llevarlos a otros ámbitos como microprocesadores, relojes, televisores o autos.
Sin embargo, estos productos están compitiendo por su capacidad de procesamiento y ya no por sus aspectos diferenciadores. Es decir, ChatGPT creó el mercado, y ahora todos compiten por quiénes ofrecen más procesamiento. Sin ir más lejos, la semana pasada se presentó Claude 3.5, el modelo más avanzado de la empresa Anthropic, una compañía creada por ex empleados de OpenAI.
Según describen en su sitio web, este nuevo lanzamiento es más potente que el último ChatGPTo, ya que puede comprender y resolver problemas de manera más efectiva que su competencia. Además, pude escribir mejor código de programación, resolver problemas matemáticos más complejos y procesar lenguaje de manera más compleja y en varios idiomas.
Competencia de mercado
A pesar de sus prestaciones, pocos conocen a Claude y lo más probable es que ChatGPT siga siendo la herramienta más utilizada por la mayoría. Lo que se está librando es una competencia de mercado en el que las novedades maximizan sus capacidades, pero ya no son tan disruptivas como fueron al principio. Cuando apareció Google, no hubo ningún otro buscador capaz de reemplazarlo, lo mismo pasó con Facebook y mucho antes con Windows. Son productos que no encontraron competidores cercanos en el corto plazo, como sí está pasando con los productos de IA.
"Inteligencia Artificial": ¿estamos todos equivocados?Volviendo a la pregunta del famoso youtuber, es probable que podamos entender a la IA como producto o característica como puntos de vista compatibles. Sin embargo, la evolución de la misma como funcionalidad parece ser más sólida y coherente con el modo en el que el mercado tecnológico ya está desplegado. Es decir, la IA incrementará la capacidad de los buscadores, las comunicaciones, el entretenimiento y la información en general, pero también aportará más instancias de innovación a dichas aplicaciones. De hecho, ya lo estuvo haciendo mucho antes de que la mayoría de nosotros lo supiéramos.