El fútbol refleja los problemas políticos, étnicos y culturales que atraviesan las naciones. Esta edición 2024 de la Eurocopa es un ejemplo de ello. Durante el encuentro que disputaron Croacia y Albania por la segunda fecha del torneo, las hinchadas de ambas selecciones se aunaron para gritar en contra de Serbia. "Maten, maten, maten al serbio", corearon los fanáticos durante el segundo tiempo del partido, que terminó igualado 2-2 en el estadio Volksparkstadion (Hamburgo). Lo sucedido no cayó nada bien en la Asociación Serbia de Fútbol (ASF). Su secretario general, Jovan Surbatovic, amenazó con abandonar la competición en caso de que la UEFA no sancionara con medidas severas a las organizaciones mencionadas.

“Es escandaloso. La ASF exigirá que la UEFA adopte sanciones al precio de no continuar con la Eurocopa. Esto requiere las sanciones más severas para que no vuelva a suceder”, advirtió Surbatovic, en diálogo con la Radio Televisión Serbia (RTS). Además el directivo se mostró molesto por la multa económica que recibió su federación por parte del Comité de Control, Ética y Disciplina de la UEFA: deberá pagar 10.500 euros por los objetos arrojados y la emisión de mensajes provocativos en la derrota 1-0 contra Inglaterra de la primera fecha.

“Fuimos castigados por casos aislados y nuestros aficionados se comportaron mucho mejor que los demás. Los serbios somos caballeros y tenemos el corazón abierto así que pido a los aficionados que sigan así”, sostuvo. Por otro lado, la Federación de Fútbol Albania también fue sancionada con una multa de 37.375 euros por encender bengalas, lanzar objetos, invadir el campo y transmitir “mensajes provocativos no aptos para un evento deportivo” frente a Italia en el debut, según la Agencia de noticias EFE (España). Ahora, los funcionarios serbios esperan que se vuelva a aplicar una sanción severa por los gritos que albanos y croatas profirieron contra su país.

Un conflicto que trasciende la pelota

La "pica" entre los países mencionados tiene origen en un conflicto geopolítico arrastrado desde la Guerra de los Balcanes y la disolución de la antigua Yugoslavia. Croacia y Albania comparten intereses. Serbia, por su parte, se interpuso en la independencia de Croacia y de Kosovo, lo que generó una serie de tensiones étnicas, políticas y territoriales que aún no se terminan de delatar. Es por ello que albaneses y croatas, de buena relación históricamente, comparten la animosidad contra los serbios: por eso, aunque sus selecciones eran rivales en la Eurocopa, los fanáticos de ambos equipos se unieron en la cancha y entonaron cánticos ofensivos contra el país de Surbatovic.

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