La conquista del bicampeonato de América en 1993 encendió la imaginación: ¿llegaba una era dorada de hegemonía futbolera? La conjetura naufragó rápidamente: el catastrófico 0-5 con Colombia en las eliminatorias, ese mismo año, y el doping de Maradona en el Mundial de Estados Unidos representaron el ingreso a un túnel oscurísimo. Salir de allí costó 28 años, una pesadilla vivida por la Selección mayor que incluyó cuatro derrotas en finales de la Copa América (2004, 2007, 2015 y 2016, tres de ellas por penales) y los consabidos traspiés mundialistas. Y eso que en gran parte de ese camino el estandarte era Lionel Messi. Pero ni el mejor de todos se salvó del calvario: imposible olvidar los silbidos que el público santafesino le propinó tras una triste actuación frente a Colombia en la Copa de 2011.
Las 15 copas de Argentina: las manos de “Goyco” y los goles de “Bati”Lo extraordinario del fútbol es que las soluciones suelen venir de donde menos se las espera. ¿O alguien suponía que un debutante como Lionel Scaloni daría vuelta la historia? Señales positivas ya se habían detectado en la Copa América de 2019, en la que Argentina había perdido un polémico partido con Brasil -anfitrión- para terminar tercera. Era el momento del despegue y fue nuevamente en Brasil la cita, esta vez mediada por la pandemia, lo que implicó jugar con estadios casi vacíos. De hecho la organización conjunta les tocaba a Argentina y a Colombia, pero se bajaron en el camino.
La película, tan reciente como conocida, habla de la renovación decidida por Scaloni, una nueva estructura para sacar lo mejor de Messi. “Cuti” Romero en el fondo -perseguido por una lesión durante el torneo-, la dupla Paredes-De Paul en el medio y en el arco una apuesta absoluta del DT: Emiliano Martínez, prácticamente desconocido para el gran público nacional. Y funcionó.
Las 15 copas de Argentina: Caniggia-Batistuta y el festejo, 32 años despuésEl repaso de los partidos da cuenta de los vaivenes del equipo. Por momentos engranaba y jugaba muy bien, de a ratos todo se le hacía cuesta arriba. Quedó primero en la fase clasificatoria con tres triunfos (1-0 a Uruguay, 1-0 a Paraguay y 4-1 a Bolivia) y un empate (1-1 con Chile). Tras el apabullante 3-0 sobre Ecuador en cuartos llegó la consagratoria noche de “Dibu” en la definición por penales ante Colombia (el día del “mirá que te como”). Y el desenlace feliz, por supuesto; aquella exquisita definición de Angel Di María para estampar el 1-0 ante Brasil en el Maracaná. El túnel había quedado atrás y todavía faltaba lo mejor.