En la casa de mis hijos, en el barrio Viluco (avenida Gobernador del campo al 1.500) el fin de semana volvieron a robar el cable de conexión de electricidad, desde el medidor al poste. Llamar a EDET y solucionarlo generó una deuda de $190.000. Seguramente el joven ladrón, bajo el efecto de las drogas, como se lo pudo ver pasar frente a la casa justo antes de que se corte la energía, lo venderá por el valor del cobre. Son monedas al lado del daño que hace. El reclamo es a los gobernantes: ¿qué esperan para hacer algo? La solución es muy fácil: prohibir la comercialización de cobre; y si no es posible, aplicar medidas de control a la gente que compra el cobre a estos delincuentes. No es tan difícil para los políticos, para la Justicia, para la Policía, hacer allanamientos a los lugares donde compran cobre. Si encuentran restos de cables o medidores de gas, pongan multas millonarias. Haciendo esto se acaba el robo de cobre en unas semanas, porque si no tienen dónde vender dejarán de robar. Y por favor combatan la droga en serio; es una de las principales causas de la inseguridad y de la destrucción del tejido social.

Mario Guillén

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