Se las puede encontrar en todas partes. Las usan para hacer ejercicio, para pasar de largo una noche estudiando o en algún trago. Las bebidas energizantes se consumen cada vez más. Han ganado gran popularidad en los últimos años, especialmente entre los jóvenes. Pese a que no contienen alcohol, mezclan otra serie de componentes, como por ejemplo azúcar, cafeína y taurina, que actúan como estimulantes del sistema nervioso.

Desde hace tiempo, los profesionales de la salud vienen advirtiendo que se debe tener mucho cuidado con estas bebidas, ya que su uso puede generar efectos secundarios. Un estudio que se publicó recientemente sumó más evidencia sobre los riesgos potenciales de estos productos los pacientes con enfermedades cardíacas genéticas.

El trabajo fue liderado por investigadores de la Clínica Mayo (Rochester, Estados Unidos) y publicado en la revista Heart Rhythm. Se evaluaron 144 pacientes con arritmias comprobadas que habían sobrevivido a un paro cardíaco repentino, y observaron que el 5% de la muestra habían consumido una o más bebidas energéticas poco antes de que ocurriera el evento.

Si bien el estudio no demostró una causalidad directa, los médicos a cargo recomendaron que los pacientes consuman bebidas energéticas con moderación. “En general, el 5% de los supervivientes de paro cardíaco súbito lo experimentaron en el momento cercano al consumo de una bebida energética. Aunque se necesitan relevamientos más amplios para dilucidar la incidencia/prevalencia y cuantificar su riesgo preciso, parece prudente emitir una alerta temprana sobre este riesgo potencial”, señaló el equipo dirigido por Michael Ackerman, director del Laboratorio de Genómica de Muerte Súbita de la Clínica Mayo.

Peligros

Según explica Luis Aguinaga, médico cardiólogo especialista en el estudio de las arritmias (electrofisiología) y expresidente de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), no es la primera vez que se reporta que una bebida energizante puede asociarse a arritmias cardíacas. Sin embargo, este estudio es muy importante porque se analizó específicamente en pacientes que ya tienen enfermedad eléctrica cardíaca, razón por la cual los autores observaron que esa condición subyacente se puede poner de manifiesto o incrementarse con estos estimulantes, detalló.

¿Cuál es el riesgo que presentan o representan las bebidas energizantes? “En ciertas condiciones y en ciertas personas, se ha demostrado que estas bebidas, por los productos que contienen -algunas de ellos en altas cantidades- pueden favorecer el desarrollo de arritmias cardíacas”, precisó.

¿Qué es una arritmia cardíaca y qué cuidados tener con ella?

Asimismo, pueden generar trastornos a nivel cardíaco, especificó. “Por ejemplo aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, y se alteran unos periodos que se llaman vulnerables en el ciclo cardíaco, que esos cambios en un paciente que ya tiene una alteración pueden favorecer el desarrollo de las arritmias. Y algunas de estas son cuadros peligrosos que pueden llevar incluso a la muerte súbita, como se demostró en este gran estudio que se publicó por los investigadores de la Clínica Mayo de Estados Unidos. En base a un número importante de personas que sufrieron paros cardíacos repentinos, encontraron un subgrupo de todas ellas que estaban relacionados a este tipo de bebidas”, remarca.

El experto aclara que la mayoría de los observados tenían como condición previa alteraciones genéticas, que ya predisponen a sufrir un cuadro de arritmias. “En general, se suman varias cosas. Si uno se deshidrata, si tiene estrés, si uno toma más de una sustancia que puede ser tóxica, etéctera, más el insomnio, el exceso de actividad, todo es un cóctel que confluye para generar estos cuadros”, especifica.

Cafeína, bajo la lupa

El cardiólogo puso la lupa sobre uno de los ingredientes que contienen los energizantes: la cafeína. “Es muy similar a una sustancia que nosotros utilizamos para hacer un test en estos pacientes, que es la norepinefrina. Ese análisis ayuda a descubrir, por ejemplo, alteraciones en los canales iónicos, como es el QT prolongado, la taquicardia catecolaminérgica, que son causa de muerte súbita, sobre todo en jóvenes”, detalla.

“El problema de las bebidas energizantes es que no están reguladas las cantidades que se suministran de cada componente. Muchas de estas bebidas energizantes tienen alto contenido de cafeína, con lo cual se propicia este tipo de trastorno del ritmo en estos pacientes que ya tienen problemas cardíacos”, apunta el profesional.

Estudios anteriores ya habían mostrado una posible correlación entre el consumo elevado de cafeína (compatible con la ingesta de más de 10 tazas de café por día) y el paro cardíaco súbito o repentino. También se ha reportado que los ingredientes altamente estimulantes alteran la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la contractilidad cardíaca y la repolarización cardíaca de una manera potencialmente proarrítmica, sumaron los autores.

El riesgo de paro cardíaco y/o muerte súbita es más alto en quienes tienen enfermedades cardíacas genéticas -advirtieron-, especialmente aquellos con síndrome de QT largo, taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica y fibrilación ventricular idiopática.

“El aumento de la popularidad de las bebidas energéticas es algo que nos preocupa a los profesionales. Están en los gimnasios, en los ámbitos donde se practican deportes y es famosa para evitar el sueño entre los estudiantes. No es la primera vez que hemos visto arritmias por consumo de esto; eso se ve incluso en el consultorio general de cardiología o en las guardias de emergencia, pero la mayoría son arritmias comunes o taquicardias comunes. Ahora, si el paciente ya tiene otras condiciones el cuadro puede ser de gravedad”, sostiene Aguinaga.

Pocos controles

Además, remarca que dado que las bebidas energizantes están inscriptas como suplementos dietarios y no como medicamentos, los controles de estos productos son escasos.

“No está legislado todavía, no hay una reglamentación de la cantidad de la sustancia que debe tener cada bebida energizante. Esto no ocurre en Estados Unidos, ni en Europa. En la Argentina tampoco son controladas por la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica).

Los autores de la investigación registraron otros “agitadores” potenciales que combinaron la arritmia genética con el consumo de bebidas energizantes y que contribuyeron a que desatar lo que denominan como una “tormenta perfecta”.

Entre esos factores, incluyeron la falta de sueño, la deshidratación, las dietas o el ayuno extremo, el uso de fármacos que prolongan el intervalo QT y el período posparto.

“Para la población general, el riesgo real podría ser bajo; pero para los pacientes con canalopatías y con cardiopatía isquémica, puede ser elevado, y muchas veces estos pacientes son asintomáticos y sin diagnóstico”, recalcaron.

Según Aguinaga, aunque el riesgo de muerte súbita es pequeño después de consumir una bebida energética , sí existen casos. Por lo tanto, para el especialista, al igual que para los investigadores, debería restringirse el uso de todo este tipo de productos.