Los defensores se movieron rápido y aceleraron a fondo. Pero chocaron contra una pared. A menos de 24 horas de haberlo condenado, el juez Juan María Ramos Padilla rechazó la solicitud de los representantes de José Alperovich de que se le concediera la excarcelación o bien se morigerara la situación de detención, pero la repuesta fue unívoca: no a todo.
El martes a la noche el ex gobernador fue sentenciado a 16 años de prisión por delitos de índole sexual perpetrados contra una ex colaboradora y sobrina. Se llegó a esa conclusión tras más de cuatro meses de audiencias, en la primera de las cuales la víctima relató pormenorizadamente cada uno de los nueve ataques que dijo haber sufrido.
Al final del juicio Alperovich intentó por sus medios rebatir este testimonio, dando su versión de los hechos y proclamándose inocente. Tras esto se dio lugar a los alegatos, donde el fiscal Sandro Abraldes solicitó 16 años y seis meses de prisión, los querellantes Pablo Rovatti y Carolina Cymerman solicitaron 22 años de cárcel y el defensor Augusto Garrido pidió la absolución.
Ramos Padilla dictó una pena durísima: 16 años de prisión. Pero además ordenó la inmediata detención del condenado, su prisión preventiva, y que sea trasladado a una unidad penitenciaria, en este caso el penal de Ezeiza.
Hoy mismo Garrido solicitó la excarcelación advirtiendo que la prisión preventiva es una excepción a la regla, y que la sentencia aún no estaba firme.
}De no ser admitido esto, solicitó que se le permitiera cumplir la orden en uno de sus domicilios, si era necesario utilizando un dispositivo electrónico de control. Pero Ramos Padilla se mantuvo inflexible.