Desde la aparición de Emiliano Martínez, el puesto de arquero se ve con otros ojos en Argentina. Con sus atajadas y su personalidad, “Dibu” enamoró a millones de argentinos, y logró una gran influencia en los niños que empezaron a querer imitarlo. Pese a que no surgió por influencia suya, en Tucumán la escuela de fútbol “Valladares” tiene entrenamientos específicos para aspirante al puesto y según reconoce su coordinador, la figura del arquero del Aston Villa influyó para que creciera la oferta en el puesto.
“Empezamos la escuelita de arqueros en 2018. Es un puesto complicado; son pocos los niños que vienen y dicen 'soy arquero'. La idea surge porque veíamos falencias en la competencia y no había entrenamientos específicos para los arqueros”, explicó Álvaro Valladares, coordinador de la escuelita que funciona en el predio de “El Palmar”, en avenida Solano Vera al 3000. “No es lo mismo que les hagan unos 'tiros' a que un 'profe' les indique cómo caer, cómo salir, cómo pararse o cómo cortar un centro. Yo también fui arquero, entonces mi idea era esa; que aprendan y que la pasen bien en la cancha porque la pasaban mal cuando no sabían qué hacer en el área o ante un arco tan grande”, agregó.
¿Qué se trabaja con los niños que deciden ser arqueros? Agustín Ramos, profesor encargado de esos entrenamientos, lo detalla. “Nos centramos más que nada en las bases; las cosas más básicas de los arqueros. Con los más chiquitos veo mucho el tema de la toma, del agarre, de los desplazamientos, de la toma de decisiones; y con los más grandes busco que perfeccionen la técnica, que mejoren y que estén listo para inferiores”, señaló.
“Trabajamos también la caída, el juego aéreo, las salidas a cortar un centro y el juego con los pies. Trato de inculcarles desde chicos el juego con los pies, para que no sea un problema como era en otros tiempos”, agregó Ramos, que está a una materia de recibirse de profesor de educación física y tuvo su pasado como arquero en inferiores de varios clubes tucumanos.
Valladares agregó que también hay trabajos en torno a lo mental; para contener a los chicos en un puesto que es muy complicado. “El puesto de arquero conlleva mucha presión. Uno muchas veces piensa que cuando le meten el gol es culpa del arquero y el reclamo siempre repercute en ellos; entonces trabajamos mucho hablando con los chicos respecto a eso. La frustración es grande en la edad, entonces eso lo tratamos de trabajar. Es una tarea muy fina que se tiene que hacer en todas las edades; no hay que dejar de lado ese punto”, analizó.
El coordinador también aseguró que desde que se implementó la escuela de arqueros, se notó una mejora importante en los chicos que eligen ese puesto. “Se nota la diferencia. Cómo se paran, cómo atajan y cómo sacan. Se va notando el avance y la evolución de los chicos”, remarcó.
La influencia de “Dibu” Martínez
Aunque surgió antes del boom que generó el arquero de la Selección, Valladares aseguró que la aparición de “Dibu” fue un impulso importante para el puesto de arquero.
“Después del Mundial de Qatar, un montón de chicos pasaron a ser arqueros. Es algo increíble lo que ha hecho; lo que ha creado en los niños con sus atajadas y con sus picardías. Fue un clic para los chicos y para la sociedad”, sostuvo Valladares.
Para ratificar sus dichos con datos, el coordinador contó cuánto creció la escuela de arqueros tras la Copa América de Brasil y el Mundial de Qatar. “Antes eran contados con los dedos de una mano los chicos que eran arqueros. Están viniendo más o menos 15 chicos entre las diferentes categorías. Tenemos desde los 4 hasta los 15 años”, aseveró.
Para sustentar lo que cuenta Valladares, basta con ver las camisetas de los niños que asisten a la escuelita: la mayoría de ellos utiliza la 23 de “Dibu”.
“Me gustan las cosas graciosas que hace. Yo también atajo muchos penales”, reveló Benjamín, de 10 años, que es arquero desde hace tres años, antes incluso de la aparición del arquero de la Selección. “Me gusta que cuando atajas todos te felicitan”, afirmó “Benja”, que sueña con dedicarse al fútbol profesional. “Estoy pensando cuando sea más grande en irme a Atlético o San Martín”, resaltó.
Bautista, también de 10 años, contó que es arquero desde los cuatro años cuando recién había comenzado a practicar fútbol. “En esa época estaba 'Chiquito' Romero y me gustaba también Armani; entonces quería ser como ellos”, relató “Bauti”, que cuenta que lo más le gusta es atajar tiros libres. “Puedo volarme”, señaló entre risas.
A su vez, admitió que “Dibu” es su referente actual en el puesto. “Me compré la camiseta nueva hace dos días. Me gusta que ataja mucho, quiero ser como él”, remarcó.
Así como Benjamín y Bautista, miles de niños sueñan con ser arqueros y poder parecerse a “Dibu”, que con su particular personalidad y sus grandes atajadas le dio un nuevo impulso al puesto de arquero, algo que se refleja en toda Argentina.