Las elecciones y asambleas societarias ya no se realizan en La Ciudadela. ¿Un museo significa recuperar la memoria histórica? ¿Estamos ante una expresión de ahistoricidad de nuestras tradiciones? Veamos. A partir de la crisis del 2011, el club San Martín inicia un proceso de transición, caracterizado por la participación de hinchas y socios en busca de un objetivo: la democracia. La renuncia de un presidente -recién electo- en diciembre del 2012 va a destacar la labor de un grupo conocido como la “Subcomisión de socios”. Trabajarán generando recursos con un método: la rendición de cuentas. Hoy la cuestión deportiva se convirtió, después de lo institucional y de las obras, en una clara crisis de gestión y en un tema fundamental a superar. Volver a los fundamentos de experiencias históricas no tan lejanas y básicas es defender el estatuto societario, por encima de banderías electorales circunstanciales, jerarquizando instituciones trascendentales como la Junta Electoral, la Junta Fiscalizadora y el Tribunal Disciplinario. Una vida “social” entre sanmartinianos es necesaria para bregar por una sede social. La defensa de eventos para el aniversario “santo”, como las cenas que organizaba José Costanzo, las caravanas y las ofrendas en la plaza San Martín son parte de la historia del club.

Pedro Pablo Verasaluse

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