La salud de Luis Landriscina preocupa al mundo del espectáculo. El legendario humorista de 88 años ingresó la semana pasada a la Fundación Favaloro. Y si bien hubo mucho hermetismo, trascendió que lo hizo para someterse a unos estudios que le permitieran operarlo de una hernia inguinal. Al parecer, tras hacerle el electrocardiograma, los especialistas detectaron un inconveniente, así que se resolvió postergar la intervención quirúrgica e internarlo en la Fundación por precaución.

La esposa de Landriscina, Guadalupe Mancebo, que lleva más de 60 años casada con el humorista, detalló: “Mi esposo está en casa hasta el martes y vuelve al Favaloro para terminar los estudios del corazón y estar seguros para poder operarlo... Si el martes se confirma que el corazón está bien, entonces se autoriza la operación”.

Trayectoria

Landriscina se destacó por su particular forma de recitar cuentos basados en los usos y costumbres regionales del país, un oficio prácticamente en desuso del que se volvió un símbolo. Hijo de inmigrantes italianos, nació en Chaco el 19 de diciembre de 1935, aunque de muy pequeño se mudó con su familia a Santa Fe, donde desarrolló gran parte de su vida. Para muchos es “el prócer del humor argentino”.

Landriscina hizo del cuento una forma de conocer el país

Parte de su legado quedó plasmado en el libro “Landriscina: un mundo de amor y de humor”, del periodista, escritor e historiador Vidal Mario.

A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y homenajes, como el Martín Fierro y el título de Doctor Honoris causa de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).