Gran Hermano entró en el tramo final y las emociones dentro de la casa están a flor de piel. A horas del Día del Padre, la producción del reality le propuso a los participantes hablar sobre el vínculo que tienen o alguna vez supieron forjar con sus papás.

Dario se emocionó hasta las lágrimas al sincerarse sobre la ausencia de su padre y la contención que le brindó su madre al crecer. "Fui último porque no tengo nada para decir", dijo Darío apenas pasó al frente a compartir sus respuestas. A partir de allí, el participante empezó a contar con lágrimas en los ojos y con la voz quebradiza que su padre no estuvo presente en su vida.

"A mí me gusta llamarlo el Día de la Familia, más que el Día del Padre o el Día de la Madre", aseguró. “Yo me emociono más por mi vieja que por mi viejo. Claramente mi viejo tomó una decisión. No existió en mi vida y no existió para mis hermanos. Me emociona el hecho de que mi vieja haya tomado las riendas como las tomó, porque éramos cuatro varones con un año de diferencia”, comentó.

Y agregó: "Yo hasta los 13 años no tengo memoria de haber tenido una charla con mi viejo, ni tampoco que me haya preguntado si necesitaba algo. Si me acompañaba, era casi por compromiso. De hecho después de los 13 he tenido momentos con él, casi forzadamente, por los otros".

“Él formó otra familia, una cosa rarísima, tuvo dos hijos y nunca entendí esa parte. Casi no conoce a mis hijos y a mis nietos ni hablar, ni a mis sobrinos. Nunca le importo. Hizo un apagón de una vida que tuvo y tomó la decisión de hacer su vida", finalizó.