Pocas personas pueden negarse a las muestras de cariño de sus perros. Entre ellas se encuentran las lameduras eufóricas de nuestra llegada a casa a modo de saludo o como una especie de chantaje para recibir comida. Pareciera una actividad inofensiva esto de recibir “besos” de nuestras mascotas, pero ¿es realmente intrascendente para nuestra salud?

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Sea un signo de amor o no, canjeamos los abrazos a nuestro perro por lameduras que se asemejan a besos. Somos conscientes de que quizás no sea  lo más higiénico, sin embargo no podemos resistirnos. La incógnita surge al pensar si esta práctica supone algún riesgo para nuestra salud o de lo contrario podemos seguir con la rutina de besos y abrazos.

Bacterias y enfermedades: ¿qué riesgo corre nuestra salud si nos dejamos lamer por nuestro perro?

No queremos pensarlo mucho pero nuestro perro habita espacios poco higiénicos. "Los perros pasan la mitad de su vida con la nariz en rincones desagradables o revoloteando sobre excrementos de perro, por lo que tienen el hocico lleno de bacterias, virus y gérmenes de todo tipo", confiesa John Oxford, profesor emérito de virología y bacteriología de la Universidad Queen Mary de Londres.

Nuestro perro puede tener ciertas bacterias que en lastimaduras puede afectar a nuestra salud.

Así es que la boca de nuestro perro puede albergar diversos microorganismos que pueden suponer un riesgo para la salud de los humanos. Estas enfermedades que se transmiten de animales a personas se conocen como zoonosis y se nos puede hacer familiar si recordamos un fatídico 2020. Entre las bacterias más comunes que se encuentran en la boca de nuestros perros están la salmonella,  clostridium, E. coli y campylobacter.

Otra bacteria que podemos encontrar en la boca de hasta tres cuartas partes de perros y gatos sanos es Capnocytophaga canimorsus. Esta es potencialmente mortal en humanos, pero la condición es bastante extraña, con alrededor de cuatro casos por millón de habitantes por año, según Diario Veterinario.

Los momentos en que es mejor evitar los “besos” de nuestro perro

Pero los riesgos son bastante bajos y en muchas ocasiones más bien es la persona la que contagia de una enfermedad a su perro y no al revés. La mayoría de personas no se encuentra bajo riesgo cuando son lamidas por su perro. Sin embargo, algunos grupos deben tener mayor cuidado que otros como es el caso de aquellas con sistemas inmunológicos comprometidos. "Las personas mayores de 60 años también corren más riesgo, tal vez debido a su estado inmunológico", subraya al medio Francesco Renzi, microbiólogo de la Universidad de Namur, (Bélgica).

Nuestra piel es una barrera protectora eficaz

También debemos tener cuidado si existe algún tipo de herida en nuestra piel. Ya sea una lastimadura abierta, un grano o ampolla, lo mejor es evitar la lamida de nuestros perros, al igual que nunca dejar que apliquen sus “besos” en nuestra boca. Fuera de eso, la piel sana es una barrera eficaz ante enfermedades. Para asegurarnos más nuestra salud, es fundamental que nuestra mascota se mantenga al día con las vacunas y desparasitaciones.