Si bien es cierto que disponer de una base óptima y de un buen colchón es clave para beneficiar la experiencia del sueño, los expertos aseguran que igualmente importante es conocer las mejores maneras de tender la cama. Según Peter Dunham, diseñador textil y de interiores de Los Ángeles (California), la forma en la que se disponen las sábanas, las almohadas y el resto de las piezas puede influir mucho en el atractivo visual de la cámara, e incrementar la sensación de bienestar al despertarse cada día. “Una cama estupenda mejora tu calidad de vida. Todos queremos dormir en un lugar que te dé la sensación de confort y seguridad”, aseguró el especialista en un diálogo con The New York Times.

Paso a paso para tender mejor tu cama

Aunque se trate de una experiencia que se ajusta a los gustos y las costumbres de cada uno, a lo largo de los años Dunham ha elaborado un enfoque particular que da como resultado un aspecto fresco y a la medida de cada quien. “Me gusta ajustada y nítida”, señaló y aclaró que le disgustan las camas tendidas de una manera más suelta, como si se tratase de una bolsa de papel. Por el contrario, prefiere una de estilo militar y moderna. Estos son los pasos que sigue el especialista para lograrlo.

1. Añade un cubrecolchón. Antes que nada, Dunham le agrega al colchón una funda protectora para ganar un poco más de suavidad. El cobertor se ajusta a los cuatro extremos del colchón para protegerlo de posibles manchas y otros daños; mejora el confort; alivia la presión; absorbe la humedad e incrementa la calidad del descanso. Eso sí: el experto recomienda elegir un acolchado fino de algodón antes que un cobertor grueso de espuma viscoelástica. “Se puede lavar fácilmente en el lavarropas”, explica.

2. Prepara las sábanas. Tras añadir el cobertor, Dunham selecciona la sábana “bajera” donde apoyará su cuerpo. Se trata de la típica sábana que contiene gomas elásticas cosidas en las esquinas para que se ajuste al colchón y que evita que el cuerpo de la persona esté en contacto directo con él. Dunham prefiere que esta pieza se ajuste al tamaño de la cama. Luego, elige una sábana “encimera” más grande: “suelo poner una sábana de tamaño king (260 x 280 centímetros) en una cama de tamaño queen (60 por 200) porque me gusta que la cama quede bien arropada”.

3. Cuidado con los colores y el tipo de tela. El diseñador de interiores elige sábanas en blanco, azul pálido o rosa pastel. Esta elección responde a una razón relacionada a la psicología del color: no recomienda los colores oscuros o turbios porque “absorben mucho tinte, lo que hace que la sábana pese más”. En cuanto al tipo de tela, suele utilizar las de algodón, porque las de lino son más difíciles de planchar.

4. ¿Colchas o mantas? Dunham prefiere las mantas porque suelen ser más delgadas y las va cambiando de acuerdo a la estación. En los meses más cálidos, elige una pieza texturizada de algodón blanco con un tejido en cuadros, franjas u otro patrón. Cuando el invierno se asoma, el especialista selecciona mantas más gruesas que sean capaces de luchar contra el frío, de color blanco hueso, o cualquier otro otro tono pálido o semipálido. Al momento de vestir la cama, utiliza una técnica particular: dobla la sábana “encimera” unos treinta centímetros por encima del borde delantero de la manta y mete ambas debajo del colchón por los lados y por abajo, con los pliegues ajustados típicos de un hospital.

5. Las almohadas. Se trata de una elección muy personal, basada en el ensayo de prueba y error. Dunham suele utilizar las que son tipo curvadas y ergonómicas. En cuanto a la combinación, en una cama grande recomienda dos almohadas firmes y dos más suaves, pero que siempre las fundas combinen con las sábanas.

6. El cubrecama. Para terminar, Dunham cubre toda la ropa de cama con una colcha decorativa. “La colcha puede ser casi cualquier cosa siempre y cuando sea lo bastante grande para cubrir toda la superficie de la cama, con las almohadas metidas dentro”, explicó. Los bordes del cubrecama pueden meterse por debajo del colchón o sobresalir, pero nunca deben llegar al piso. El especialista añade un tip: retira la colcha antes de dormir, porque “parte de la función del cubrecama es cubrir el polvo”.

7. Últimos detalles. Dunham añade algunos almohadones para realzar los colores y el estampado, pero “nunca deben ser más de cuatro”. A veces, utiliza un único cojín largo de unos 40 por 100 centímetros como acento decorativo en la cabecera de la cama. Otras veces, utiliza dos almohadones cuadrados grandes a juego, y coloca delante uno o dos más pequeños con un estampado que contraste. Finalmente, agrega el toque final: rocía la cama con su fragancia preferida para maximizar el placer.

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