Alegría, tristeza, furia, disgusto y temor. Las emociones son esas “vocecitas” que inevitablemente escuchamos (y sentimos) a lo largo de nuestra vida. Todas son validas y necesarias; aceptarlas y manejarlas son claves para nuestro bienestar emocional y crecimiento personal. Ese es el mensaje de la película Intensamente, y es por eso que la segunda parte del film fue una de las películas más esperadas del año; ayer se estrenó en todas las salas del país, y en Tucumán la expectativa fue enorme.

El centro de la fiesta en la provincia fueron los Cines del Solar (socios de club LA GACETA tienen 2x1 en entradas todos los días). Desde las 19, cientos de personas se dieron cita para vivir el regreso de Riley y de sus emociones, cada una de ellas personificadas para guiarla en su vida. Estas últimas fueron las protagonistas del evento: la sala propuso a los visitantes vestirse con el color de su emoción preferida. Verde, rojo, amarillo, violeta y azul pintaron el hall de ingreso. Pero ojo, que también se sumaron otros: esta segunda parte (no haremos spoilers) narra el paso a la adolescencia de su protagonista (que en la primera entrega tenía 11 años) y la llegada de nuevas emociones desconocidas para ella: ansiedad (naranja), envidia (turquesa), aburrimiento (celeste) y vergüenza (rosa).

TODOS CONTENTOS. Algunos chicos salieron de la escuela y partieron directamente al cine; otros, se “escaparon” de sus actividades extracurriculares para no perderse la película.

La primera parte se lanzó en 2015 y, con los años, se convirtió en una película de culto para los fanáticos del mundo Pixar y Disney. Por eso es que el lugar estaba repleto de personas de todas las edades; habías “peques” contentos y listos para conocer a las nuevas emociones; estaban los adolescentes que crecieron al ritmo de la protagonista, y también los adultos que se identificaron con estas nuevas emociones que aparecen.

Interiorizarse

Lista para entrar a la sala estaba, desde temprano, Antonella Cristofano. De naranja en su outfit y en su cabello, explicó que es fanática de Disney. “Cuando salió la primera película obviamente la vi. Y ahora estoy entusiasmada por todos estos personajes nuevos. Yo elegí ansiedad, porque creo que representa a todas las mujeres de mi edad (35). ¿Quién no tiene ansiedad?”, dijo. Mientras ella charlaba con nosotros, Lola y su hija Lupita (de seis años) se fotografiaban con los banners. “Ella todavía no entiende mucho de las emociones, recién está comenzando en eso, pero se moría por venir. Es un muy buen mensaje el que deja la película”, aseguró la mamá.

ENTRE AMIGOS. En el estreno, los espectadores posaron ante las cámaras.

Sobre el tratamiento de las emociones es lo que más hablaron los espectadores. “A nosotros no nos lo enseñaron. Hoy en día los papás intentamos inculcarles las emociones; y la película las representa bien. A mi hijo le encantó la película y aprendió a identificar sus emociones”, contó Fátima Herrera mientras esperaba que su hijo Lemi (de siete años) terminase de lookearse con los colores de su emoción preferida. “Él, por ejemplo, en Ansiedad vio muchas cosas que él siente, y aprendió a tener en cuenta su respiración cuando está ansioso. Todo esto lo va preparando para cuando sea más grande”, añadió. Ellos tuvieron la posibilidad de ver la primera función (de las 17.30); entonces analizaron a fondo la segunda entrega.

ACTIVIDADES. En el hall de los cines del Solar del Cerro se organizaron algunos juegos de ingenio para grandes y hasta un pelotero para chicos.

“Tiene una muy buena enseñanza; trata cosas que son importantes y que los niños deben ir aprendiendo”, reflexionó Priscilla Martín. De rojo (personificando a Furia), llevó a su sobrina para que se interiorice. “Pero, debo admitir que yo quería venir”, dijo entre risas. Para los chicos, Intensamente 2 es un aprendizaje, y para los grandes un recordatorio. “Todas estas emociones se hablan hoy; antes llegabas a la adolescencia y te topabas con todo. Está bueno que las puedan conocer desde ahora, aunque igualmente se vayan a chocar con todos esos sentimientos de grandes”, reflexionó Victoria, que acompañó a su hijo Tomás (de nueve años) a ver la secuela. “Lo que más me gusta son las emociones”, dijo el nene, entusiasmado, minutos antes de que se apagaran las luces.

A TONO. Los pochoclos se tiñeron de color, y cada persona podía comprar un vaso con su emoción favorita de la película. Aquí, Furia.
LOOKS. Los visitantes pudieron ser maquillados a tono con los personajes.
RECUERDOS. En el puesto de golosinas se vendieron diferentes recuerdos que los espectadores podían adquirir.