En el colegio Don Orione, estudiantes de cuarto grado están llevando a cabo una iniciativa que combina la educación ambiental con creatividad y responsabilidad social. En colaboración con la municipalidad capitalina, comenzaron a intercambiar residuos reciclables por semillas y plantas, fomentando la creación de huertas y el cuidado del medio ambiente desde una edad temprana.
Este proyecto, que tomó a muchos por sorpresa, surgió de la inquietud de los mismos alumnos, quienes cuestionaban por qué había tanta basura durante los recreos. Edith del Valle Varela, maestra de ciencias del colegio, contó en Buen Día cómo comenzó todo.
"Los chicos empezaron a preguntar por qué había tanta basura en los recreos. Entonces les propuse investigar y ver qué podíamos hacer con esos residuos", dijo. "Ellos se pusieron manos a la obra, investigaron sobre los residuos, cómo se podían reciclar y darle un nuevo uso, y de ahí nació la idea de crear juegos y objetos útiles como macetas y portalápices con materiales reciclables."
La iniciativa fue un éxito rotundo, no solo entre los estudiantes, sino también en la comunidad escolar. "Hemos preparado una muestra de ciencias que será este jueves y esta charla sobre reciclaje nos viene de maravilla porque los chicos podrán aclarar sus dudas y aprender aún más", comentó la maestra.
Entusiasmo
La reacción de los estudiantes fue muy positiva. Hasta el momento mostraron un gran interés en el tema del reciclaje y comenzaron a recolectar diversos residuos que pueden ser reciclados, como cartón, vidrio, telas, latas y papel. "Ellos mismos buscan maneras de reutilizar estos materiales, creando juegos y otros objetos, lo que además estimula su creatividad", dice Edith.
Uno de los aspectos más interesantes del proyecto es que los alumnos no solo están aprendiendo sobre reciclaje en el colegio, sino que también llevan este conocimiento a sus hogares. "Los chicos están enseñando a sus familias a no tirar basura en la calle ni desde los autos. Están aprendiendo a guardar los residuos en bolsas y desecharlos adecuadamente", comentó la profesora con orgullo.
En casa, también
El proyecto está diseñado para que los estudiantes puedan continuar con esta práctica en sus casas, involucrando a sus familias y ampliando así el impacto positivo en la comunidad. "La idea es que ellos sigan reciclando en casa y, a su vez, eduquen a sus familias. Este cambio en su comportamiento es muy gratificante de ver", añadió Edith.
Además de aprender sobre reciclaje, los estudiantes también están adquiriendo conocimientos sobre la creación y mantenimiento de huertas. "Tenemos tierra, plantines y semillas de diversas plantas como perejil, acelga y remolacha. Los chicos están emocionados por aprender a cultivar sus propias plantas y ver crecer lo que han sembrado".
Para fomentar la participación, los estudiantes también crearon juegos con materiales reciclados, como el tatetí con tapitas, que luego pueden llevarse a sus casas.
También hay una competencia amistosa entre los diferentes grupos de cuarto grado para ver quién puede reciclar más, lo que incentivó aún más su interés y compromiso.
La municipalidad también está apoyando esta iniciativa, y próximamente se implementará la separación de residuos en otros lugares de la ciudad, lo que permitirá a los niños aplicar lo aprendido en sus hogares y en la comunidad.