Según los expertos, cada cosa que hacemos en nuestra juventud y adultez tendrá notorio impacto en nuestra vejez. Los problemas de memoria no están exceptuados, y es por esto que un reconocido neurocientífico alertó sobre cuáles son los hábitos diarios que pueden afectar nuestro cerebro a medida que envejecemos.

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Para frenar la pérdida de masa muscular y el aumento de grasa relacionado con el envejecimiento, el ejercicio físico y la dieta saludable son los más recomendados. Y en cuanto a los problemas de memoria, también podemos actuar. Y es que, además de poner en práctica algunos trucos para mejorarla y mantenerla ágil, se puede prestar atención a algunos hábitos que le afectan negativamente.

Así lo asegura el profesor Charan Ranganath, director del Laboratorio de Memoria Dinámica de la Universidad de California (Estados Unidos), y uno de los neurocientíficos más reconocidos en el estudio de la memoria, que señala los cuatro malos hábitos que tenemos la mayoría, y que perjudican la capacidad de nuestro cerebro para recordar cosas.

Los malos hábitos que perjudican a nuestra memoria

El reconocido neurocientífico aconseja cambiar estos hábitos comunes que afectan a nuestra memoria con la edad:

- Dormir mal y no descansar lo suficiente: con el paso de los años, las personas tienden a dormir menos horas. Y si además se le suman los problemas o preocupaciones que afectan a la calidad del sueño, puede que no se descansen las horas necesarias. “Sabemos que el cerebro cuenta con un sistema que drena las toxinas que se acumulan en él, incluida la proteína amiloide, la cual está implicada en la aparición del Alzheimer. Este sistema se pone en marcha durante la noche” señala el experto.

 “Si una persona no duerme lo suficiente, la función frontal del cerebro se reduce, lo mismo que su nivel de tolerancia al estrés, y por lo tanto, no es capaz de enfocarse debidamente” apunta Charan Ranganath que añade: “Durante el sueño, la memoria se reactiva y eso a lo que muchos atribuyen el origen de los sueños. Dormir facilita la retención de información que hemos aprendido”.

- Hacer varias cosas a la vez: el ritmo actual de vida nos ha llevado a realizar siempre varias tareas a la vez. Algo que el neurocientífico advierte que puede ser “muy malo” para la memoria. “La corteza prefrontal nos ayuda a centrarnos en lo que necesitamos hacer para alcanzar nuestros objetivos, pero esa maravillosa capacidad se empantana si saltamos continuamente de un objetivo a otro” apunta.

Así, asegura que ponerse a hacer una cosa mientras se está haciendo otra, solo nos lleva a una situación, no recordar lo que se estaba haciendo o escuchando en un primer lugar. Para evitar la multitarea, no solo recomienda terminar una actividad antes de iniciar otra, también evitar aquello que pueda distraernos.

- Caer en la monotonía: según el experto, hay que tener en cuenta que el cerebro humano no está programado para recordar todo. De hecho, es selectivo: “La mayoría de las experiencias que vivimos o de la información a la que hemos estado expuestos será olvidada”.

Según señala Charan Ranganath, solo aquellos aspectos que sean capaces de liberar químicos como la adrenalina, la serotonina, la dopamina o el cortisol, es decir, asociados con miedo, deseo, ira, felicidad u otras emociones, terminarán fijados en nuestras neuronas.

- El exceso de confianza: tal y como señala el profesor Ranganath, “las personas creen que su memoria es muy buena hasta que en algún momento de sus vidas se dan cuenta de que no es así”. Y es que un exceso de confianza puede ser negativo ya que nunca ponemos a nuestro cerebro a prueba. Y sin asumir retos, cada vez trabaja menos. “El aprendizaje más eficaz ocurre en circunstancias en las que nos esforzamos por evocar un recuerdo y luego obtenemos la respuesta que buscamos” apunta.