Carlos Duguech

Analista internacional

La sucesión de Andrés Manuel López Obrador (conocido como AMLO) se instalará de la mano de una mujer -por primera vez en México- al obtener casi el 60% de los votos el triunfante partido “Morena” (Movimiento Regeneración Nacional), fundado en 2011. Claudia Sheinbaum, que continuará la línea de AMLO, asumirá el próximo 1 de octubre.

Prensa de México y del resto del mundo puso el acento en algunos datos referidos a Sheinbaum, datos que rozan su condición de judía, principalmente, por encima de destacar su profesión de física y especializada en ingeniería ambiental. En particular algunos medios mexicanos enfatizan que el Censo de Población y Vivienda en ese país (2020) da cuenta de más de 125 millones de habitantes, y que casi 100 millones son cristianos. Los judíos, subrayan, son “aproximadamente 60.000”.

Sheinbaum y AMLO

Pese a la natural y supuesta continuidad de las políticas que, se supone, desarrollará a su turno la presidenta electa, hace unos días AMLO realizó anuncios en el emblemático e histórico Palacio Nacional de México. Dijo que impulsará reformas constitucionales, entusiasmado con las claras mayorías que tendría en el Congreso por las elecciones recientes. Claro está que hay un punto de probable inflexión entre lo que anuncia AMLO en sus últimos tiempos como presidente y la formal promesa de diálogo que viene destacando la presidenta electa.

Es que las reformas judiciales que imagina y promueve el presidente mexicano generaron múltiples críticas, centradas en el proyecto de la selección de jueces mediante la consulta popular. La Asociación Nacional de Magistrados y Jueces mostró su preocupación y se opone a semejante propuesta. Según el medio “diariojudío.com” (diario de la vida judía de México y el mundo) Sheinbaum manifestó dio su parecer a poco de triunfar en los comicios:

“Habrá disciplina financiera y fiscal y autonomía del banco de México. No habrá aumento en los combustibles ni a la electricidad. Actuaremos en apego a las leyes y el derecho. Garantizaremos las libertades de expresión. Nunca haríamos un gobierno autoritario y represor. Defenderemos la inversión privada y extranjera. Dedicaremos el presupuesto para garantizar todos los programas del bienestar y todos a los que nos comprometimos. Ampliaremos la infraestructura de puertos, carreteras, aeropuertos”,

¿Quién es Claudia Sheinbaum, la física que se convirtió en la primera presidenta en la historia de México?

Llama la atención que se precisara tanto. Claro, es que su triunfo “alertó a los mercados”, como suele pontificarse en estos tiempos de nuevos gobiernos en un país. Y, particularmente en un país latinoamericano. En Argentina suelen ocurrir similares situaciones.

Neonazis en México

No es desconocido que en México operan distintos grupos de neonazis, relacionados a su vez con sectores similares de Europa. Particularmente a partir de lo que determinó la guerra Israel-Hamas, desde el 7 de octubre de 2023, inflamando su discurso y accionar antijudío. Motorizado esta vez por una presidenta electa de origen judío, hija de padres mexicanos como ella y nieta de judíos inmigrantes de Bulgaria y Lituania.

Ella hizo lo necesario para que se conociera que nunca sentó las bases de su accionar en sus raíces judías, a la vez que se esmeró en dar a conocer que su educación fue laica. No obstante ello, los variados grupos neonazis “operan” en México como si estuviesen ejerciendo un derecho.

Se advierte que la prensa seria no les da espacios. Y, particularmente, en el “diariojudío.com”, se abstuvieron de referirse a irreproducibles expresiones antijudías sobre Sheinbaum. Prudente accionar. Es importante que la prensa no les dé cauce a la textualidad de esas apreciaciones para que no ocurra -se señaló alguna vez en columnas anteriores- cómo el movimiento terrorista sedicente islámico instaló la idea de “Estado islámico” con el incentivo de que la prensa repetía tal denominación con frecuencia. Fue, se dijo entonces en la columna referida,un “triunfo del marketing” de los terroristas.

Guerra asimétrica

Tal vez no sea el término más adecuado para definir al enfrentamiento que insumió ya ocho meses desde el 7 de octubre trágico y conmovedor, “el infierno en la Tierra”. Pero lo de la asimetría se ve a primera vista desde las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), que en su propia denominación confiesan abiertamente que no son las clásicas “fuerzas armadas” para fines propios de lo militar (ataque-defensa) en un país. Nacían para defender, desde la hora cero, al país que se constituía en Estado soberano el 14 de mayo de 1948 con la proclamación de su Acta de Independencia en Tel Aviv, ligada muy estrechamente a la Resolución 181 del 29-11-1947 de “Partición de Palestina” de la ONU.

Enfrente, en el campo de batalla (la “Franja de Gaza”) opera en “casa propia” una escisión conflictiva de la Palestina con vocación de ser país independiente impulsado por la gestión de la ex OLP y la actual “Autoridad Nacional Palestina”.

No se parece al enfrentamiento Rusia-Ucrania, donde se perfiló una invasión militar violenta de un país soberano a otro limítrofe y con soberanía desde 1991, posterior al desmembramiento de la URSS de la que formaba parte junto a otros muchos del “bloque soviético”.

Asimetría de victimas

Conforme indican los documentos de la OMS (Organización Internacional de la Salud) del 14 de mayo son ya 35.000 los muertos en Gaza desde que comenzaron las acciones bélicas. Pese a que la cifra proviene del Ministerio de Salud de Gaza, de la que el gobierno de Benjamin Netanyahu desconfía, la OMS le da crédito. Es casi una regla de medición esquemática que aproximadamente el 70% de esa cifra representa el conjunto de mujeres, niños y civiles no combatientes. De las FDI murieron alrededor de 650 soldados. He aquí otra palpable evidencia de la asimetría.

Los rescates de rehenes (cuatro, hace unos días) costaron la vida de un oficial israelí, a la vez que dejaron muertos y heridos entre la población, según las autoridades gazatíes. Es otra muestra de la asimetría -porque ninguna acción militar ofensiva se hace con “cirugía limpia”- en una zona (el centro de Gaza) donde el sábado un bombardeo mató 274 palestinos. El balance numérico impacta; 64 niños y 57 mujeres. Y, a todo esto, por todos los muertos, israelíes, palestinos y otros, en este cóctel macabro de violencia, en una guerra por la que se pide mil veces desde casi todo el orbe un “alto el fuego”, puede parafrasearse al Gardel triste, con aquello de “sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando”. Sí, el mundo sigue andando, incluso la ONU. Pese a las guerras.

Copiado

En CNN, hace tres días: “Biden insinúa que Netanyahu está alargando la guerra de Gaza por supervivencia política”.