La problemática ambiental es un tema cada vez más inserto en la sociedad. Así, van surgiendo alternativas que intentan reemplazar los productos y materiales contaminantes por otros de menor impacto. Ese es el propósito de la reunión que habrá entre el concejales de San Miguel de Tucumán y representantes de la Industria del Plástico, para tratar de reducir el uso del material en las bolsas utilizadas por los comercios.

En el encuentro, pautado para el próximo viernes en el edificio de San Martín y Monteagudo, se abordará la posibilidad de trabajar en una ordenanza que imponga el uso de bolsas “oxibiodegradables”, que se desintegran en unos 12 meses.

Empresarios, en contra de que se prohíban las bolsas plásticas

Roberto Fernández, secretario general de la entidad, explicó que el proceso de transformación hacia una producción 100% sostenible no implicaría grandes gastos, pero sí requeriría de un tiempo razonable de adaptación y conversión.

“Dentro de la materia prima, lo biodegradable ocupa un 1% (de la producción). En estos tiempos se disminuyó la producción de bolsas de plástico comunes, porque oportunamente se hizo un acuerdo para que a todas las bolsas de 50 micrones para abajo se les ponga el oxibiodegradable”, mencionó.

Además, indicó que en mayo el producto que se requiere para este trabajo tenía un costo de unos 880 dólares, con el cual se elaboran unas 5 toneladas de bolsas. Consideró que el proceso de conversión hacia la alternativa amigable con el ambiente “podría estar un poco lento”, pero que si avanza la iniciativa, se podrá concretar. “Es una cuestión meramente cultural en el empresariado, pero hay que ir intentándolo. No hay mayores problemas, pero sí necesitaríamos un poco más de tiempo para que se pueda lograr en su totalidad”, señaló Fernández. Y agregó que en la Provincia hay fábricas que hacen uso de este material en el 50% de sus productos. Sin embargo, el representante de los empresarios planteó una problemática. “Hay una realidad: no hay cómo comprobar si esa bolsa, aunque tenga el sello, es biodegradable o no. El sello lo dice, pero no hay nada que pueda constatar que esa bolsa se desintegre en 12 meses o en 400 años”, advirtió.

La solución entonces sería reforzar el trabajo de concientización en la sociedad y en las empresas. “Hace 20 años que vengo en esta lucha con los municipios, para que tratemos de concientizar; algún día hay que hacerlo en serio. Hay que trabajar en forma conjunta con las escuelas, las asociaciones y demás”, remarcó Fernández.

Y es que la diferencia entre las bolsas comunes y las biodegradables es bastante grande. Las primeras pueden estar hasta más de 100 años sin desintegrarse; las otras, apenas sobrevivirían unos 12 meses. “Estamos dispuestos a trabajar en eso, pero es algo que necesita tiempo”, repitió el empresario.

El edil Emiliano Vargas Aignasse (Unión por la Patria), impulsor de la temática, es quien se puso en contacto con los empresarios para que elaboren una propuesta. “Aquí colisionan dos intereses: el trabajo de la gente y el medio ambiente. Tenemos que buscar un punto donde haya una coincidencia”, dijo.

La alternativa inicial promueve la prohibición de la utilización de envases de polietileno o polipropileno y/o reciclables en el expendio o transportación de mercaderías en supermercados, shoppings y distribuidoras. Además, impone sanciones de entre $51.000 hasta $850.000, dependiendo del comercio. “Nuestra idea es tratar de flexibilizar el proyecto de ordenanza si el compromiso de la industria es real. También consideraremos darles más tiempo para que se adapten -ellos plantean dos años- y formular multas más severas, pero eso lo sabremos después de la reunión y lo que podamos consensuar”, expresó Vargas Aignasse.