-¿Podrías contarnos algo sobre la génesis de este trabajo? ¿Cómo surgió la idea?, ¿cómo fueron dándole forma? y ¿cuál era el propósito inicial?

-A mediados de 2021 nos reunimos con el historiador Facundo Nanni para pensar en una película sobre el caudillo Bernabé Araoz. Trazamos un plan de trabajo y yo planteé algunas ideas para el guion. Facundo había escrito una serie de trabajos académicos sobre el período y había estudiado la trayectoria de Bernabé Aráoz. Convocamos a historiadores especialistas en el siglo XIX y estudiosos de las guerras de la Independencia en las provincias del aún inexistente país. Rápidamente aparecieron los nombres de Marisa Davio, Gabriela Tío Vallejo, Georgina Abbate, Alejandro Morea, Santiago Rex Bliss, Gabriel Di Meglio, Elena Perilli y Cecilia Guerra. Paralelamente a esta línea de trabajo, propuse otro plot a partir de un interrogante que surgió en el curso de la investigación: cómo era el rostro de Bernabé. Dado que nadie tomó una foto del líder popular ni lo pintó, convocamos a cuatro artistas para que imaginen un retrato posible. Alejandro Moiraghi, Pablo Iván Ríos, Hugo Bellagamba y Leandro Herrera hicieron su versión de ese rostro utópico. Es utópico porque se trata de un proyecto contrafáctico, inventivo y que tiene la potencia del arte. En este sentido, el propósito inicial de la película fue pensar el perfil de Bernabé y proponer algunos interrogantes: ¿por qué participó en las batallas de la independencia, por qué fundó la República del Tucumán, cómo fue su relación con Belgrano en los convulsos e iniciales años?

-¿Por qué escogieron esta figura de Bernabé Aráoz?

-Tomamos a Bernabé porque, como dice Facundo Nanni, hay un vacío en la memoria histórica de Tucumán y de Argentina. Desde los inicios de la historiografía argentina, hubo una mirada simplificadora sobre la figura del caudillo. Asimismo, sobre Bernabé se creó una imagen despectiva que, probablemente, contribuyó a su largo olvido. El primer desprecio fue liberal, mitrista. Con los años, el rechazo fue repetido sin que hubiera un estudio profundo de las circunstancias y de los conflictos alrededor de Bernabé.

-El documental relata una historia atravesada por la guerra, el sacrificio de los ejércitos, la lucha y la muerte. ¿Es deliberada la elección de una estética luminosa y sumamente contemporánea? ¿Rige en el documental el objeto de generar una visión situada desde el aquí y ahora? ¿O se trata de un recurso para alivianar la gravedad de los hechos que se narran?

-Las elecciones estéticas (lugares, actuaciones, textos, música, fotografía, etc.) fueron pensadas y guionadas. La elección de las locaciones da cuenta de los espacios contemporáneos ligados al pasado. La película en su conjunto propone un diálogo entre los tiempos: todo documental sobre el pretérito muestra el estado de la situación epistemológica, política, estética en el presente. Las escenas protagonizadas por los artistas enfatizan el rol central del tiempo en la conformación de la memoria desde el inevitable hoy. El cine es arte del presente, dijo Serge Daney, incluso el cine que busca retratar el huidizo pasado. El principal problema que plantea el cine es el tiempo: pasado, presente y futuro se cifran en los 112 minutos de la película. La película narra asuntos del pasado desde el presente y proyecta esa visión. No dejemos la tradición a los tradicionalistas, escribió Pier Paolo Pasolini. Para mí, la tradición está en el futuro.

-¿Qué buscaron desde el equipo de producción al incluir ciertas escenas en que un actor está componiendo el personaje de Bernabé para una obra teatral?

-El proceso de realización de la película duró casi tres años. Mientras escribíamos el guion con Facundo Nanni, compuse el texto de una obra de teatro musical. A partir de ese texto inédito, surgió la idea de que un actor esté ensayando una pieza teatral. Las líneas de diálogo fueron escritas tomando una parte del texto inédito. La pericia actoral de Mario Ramirez y las improvisaciones de Facundo mejoraron el disparador inicial.

-¿Con qué criterio hicieron la selección de los expertos que aportan a la película? ¿Cómo acogieron la convocatoria ellos?

-El principal criterio fue la excelencia en el trabajo de investigación historiográfica. Aquí el rol de Facundo fue central. Sugirió los nombres de los historiadores y me puse a estudiar la producción de los convocados. Juntos exploramos la renovación historiográfica que se está produciendo en estos años sobre el periodo estudiado. Todos los historiadores son expertos en los temas a los que se refieren. Se sintieron cómodos y desarrollaron su trabajo en un ámbito nuevo para algunos. Nuestro desafío consistió en convertir los testimonios en piezas de una película futura. Para este objeto el trabajo del montajista Leandro Herrera fue muy importante.

-¿Qué función cumple la presencia de cuatro artistas visuales a los que la cámara atiende mientras despliegan sus procesos creativos?

-Un interrogante fundamental en relación con Bernabé es su rostro. Bernabé no fue fotografiado ni retratado a través de la pintura durante su vida. A partir de este vacío pensé que se podían crear posibles retratos. Para ello convocamos a cuatro artistas. Ellos debían imaginar un rostro para Bernabé. Herrera lo pintó como mulato, Iván Ríos lo pensó como un stormtrooper, Moiraghi pintó el diálogo entre personajes que discuten en bicicleta sobre el personaje, Bellagamba imaginó la tensión animalesca entre Bernabé y el “lobo” Javier López, el enemigo que lo mandó a matar. El proceso de creación de los artistas conforma una de las historias de la película.

-Si tuvieras que señalar cuál es el mayor acierto de la película, ¿cuál sería?

-La película presenta una mirada no convencional sobre la idea de héroe. Propone una serie de reflexiones sobre el personaje y su contexto. En todo caso, plantea algunas preguntas o, al menos, yo me hice algunas preguntas durante el rodaje: ¿qué sentido tienen los héroes argentinos? Si Bernabé fuera visto como un héroe, ¿para qué lo querríamos? Un aspecto de la película que fue elaborado con cautela y pericia fue la música original compuesta por Pablo Santi e interpretada por el propio Santi en la guitarra y la voz de Café Valdez. La manera más encantadora de alterar el olvido es la creación musical. Santi y Valdez han hecho un gran trabajo.

-¿Cuál fue el mayor escollo que encontraron en la realización? ¿Cómo se resolvió?

- El principal problema fue la financiación. “Soy Bernabé Araoz” es cine independiente, autofinanciado. Hicimos un gran esfuerzo para terminar la película.

-¿Qué expectativas tienen respecto a la recepción de la obra terminada?

-Lo que más nos interesa es empezar a pensar en el olvidado y casi desconocido Bernabé Aráoz. ¿Qué rol tuvo Bernabé en el proceso de la Independencia? ¿Puede ser considerado un caudillo? Siguiendo al historiador Ian Kershaw, la película plantea de forma implícita otros interrogantes: ¿qué rol tienen los individuos en los procesos del pasado? ¿Los individuos son los que modifican el curso de la historia o sólo pueden aspirar a modificar la marea que los rebasa?

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Perfil

Fabián Soberón nació en 1973, en Alberdi, Tucumán. Es Licenciado en Artes Plásticas y Técnico en Sonorización por la UNT. Es Profesor de Teoría y Estética del Cine en la Escuela Universitaria de Cine y de Comunicación Audiovisual en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, en la que ha sido Profesor de Historia de la Música. En 2014 obtuvo la Beca Nacional de Creación otorgada por el Fondo Nacional de las Artes. Ha publicado novelas, libros de cuentos, crónicas y ensayos. Dirigió seis documentales. Publicó artículos y reseñas en Infobae, Ñ, Perfil, y LA GACETA, entre otros medios.