Restan pocos días para un nuevo día del padre. Una fecha especial, aunque por cuestiones circunstanciales, puede adquirir un sabor todavía más especial para algunos. Para Agustín Lagos, será un día de muchas emociones por todo lo que debió atravesar este año, que en lo deportivo, lo encuentra asentado en la Primera de Atlético.
A principios de año, el santiagueño sufrió el fallecimiento de su papá, algo que lo golpeó fuertemente. Pese a eso, pidió ser convocado al partido contra Argentinos Juniors mostrando su compromiso con el club. “El vínculo que tuve fue más allá de ser padre e hijo; para mí él fue como un amigo, siempre me acompañó en todo”, aseguró Lagos, que dio un ejemplo de lo que sacrificó su padre por él: “se quedó sin trabajo para que yo hoy en día pueda estar donde estoy”.
De hecho, asegura el defensor, que todavía no pudo superar del todo la pérdida. “Hay días en lo que todo se vuelve más difícil; al día de hoy, trabajo con psicólogos para poder sobrellevar esto, pero hay veces que se vuelve difícil porque uno nunca está preparado para la pérdida de un ser querido”, confesó Lagos. Sin embargo, siguió adelante aferrándose a su madre, sus hermanos, su novia, y a un hecho que cambió su vida: a fines de abril nació su hija Luna.
“Al poco tiempo de que falleció mi papá, ella vino a este mundo, y así logró calmar un poco el dolor en todo mi entorno. Se convirtió en el principal motivo para salir adelante, al igual que todos los sacrificios que hizo mi papá para que pueda ser jugador profesional”, reconoció Agustín. La llegada de Luna no solo significó un bálsamo curativo de una fuerza arrasadora, sino que, a sus cortos 22 años lo hizo madurar de golpe asumiendo una nueva responsabilidad.
“Me cambió la manera de ver las cosas, y se volvió mi prioridad. Ahora entiendo cosas que antes no”, subrayó Lagos, que aseguró estar tomándose de muy buena manera su nueva etapa personal. “Estoy muy contento, disfruto mucho de esta faceta como padre. A lo largo del tiempo, voy a tratar de inculcarle los valores que aprendí de mi viejo, así ella pueda ver a su abuelo a través de mis actos”, apuntaló el santiagueño. Incluso, agregó, que también lo lleva a tener una motivación extra a la hora de salir a la cancha. “Hay veces que me potencia el pensar en mi hija o en mi familia; me dan fuerzas”, afirmó.
Tal fue la importancia de su padre en su carrera futbolística, que también tuvo cierta responsabilidad en que, durante los primeros meses de Lagos en Tucumán, tuviera un lugar donde quedarse: la casa de Guido Aballay, un ex jugador santiagueño muy querido en el “decano”.
Tras llegar al club a principios de 2018, y antes de instalarse en la pensión en donde vivió hasta 2021, el lateral vivió dos meses en casa del ex delantero, gracias a una amistad que mantenía Aballay con su padre.
“Tengo buenos recuerdos. Me acuerdo cuando volvía de entrenar por las tardes y nos quedábamos tomando mates y charlando, él me contaba todas sus historias de cuando jugaba al fútbol, sus anécdotas”, recordó Lagos.
Mucho pasó desde esos primeros meses en Tucumán hasta hoy. Lagos creció, tanto personal como futbolísticamente. En 2020, con apenas 18 años, tuvo su debut en Primera, de la mano de Ricardo Zielinski y, al año siguiente, con Omar De Felippe en el banco obtuvo la titularidad. Sin embargo, una rotura de ligamentos lo marginó varios meses de las canchas, y durante 2022 y 2023, jugó mayormente en Reserva. Recién este año pudo volver a meterse en el equipo de Primera; ¿qué cambió en el medio?
“La confianza”, aseguró Lagos. “Siento que partido a partido me siento mejor y también voy mejorando con la confianza, que es fundamental para poder crecer”, indicó el lateral, que jugó desde el arranque 16 partidos este año.
El santiagueño es, además, uno de los pocos representantes de las inferiores “decanas” en Primera, lo que también genera que tenga mucho apoyo por parte de la hinchada. “Estoy muy agradecido con el hincha por el apoyo en los partidos, y también fuera de la cancha, cuando pasé un momento muy duro”, sostuvo Lagos, en referencia al fallecimiento de su padre.
“La verdad que para mí es algo lindo y gratificante a la vez el poder estar acá en el club, y poder representar a la institución siendo uno de los chicos que salió de las inferiores. Trato de retribuir el cariño que la gente me da”, agregó Agustín.
Por supuesto, ese intento de retribución se nota en su rendimiento en cancha, que ha sido destacado durante lo que va del 2024, afianzándose en el lateral derecho, pese a que aclaró que no se percibe como titular. “Yo compito para ganarme un lugar, y después la decisión es del cuerpo técnico; yo trabajo para aportarle lo mejor al grupo desde el lugar que me toque, ya sea jugando, en el banco, o afuera”, señaló, agregando que es consciente de que puede dar “mucho más”.
Y aunque el equipo todavía no consiguió los resultados esperados, Lagos confía en que, corrigiendo algunos detalles, las buenas pueden llegar prontamente. “No es el presente que deseábamos, pero estamos trabajando para poder conseguir la mayor cantidad de puntos. El nivel del equipo mejoró y estamos tratando de que se vea reflejado partido a partido”, apuntaló Lagos, que también contó qué le pide Facundo Sava en particular. “Me da más libertad a la hora de atacar, y en presión me pide que siempre esté cerca del extremo que me toca marcar”, consignó.
¿Qué falta para conseguir los resultados? “Creo que lo único que nos falta es concretar, el equipo genera situaciones y por ahí las desaprovechamos. En contra no nos perdonan; ese es otro aspecto en el que tenemos que mejorar, y también saber aguantar los resultados cuando estamos en ventaja”, analizó Lagos.
Por último, reitera la confianza en que vendrán tiempos mejores. “Tengo el sueño de conseguir algún título con esta camiseta, le guardo mucho cariño”, anheló Lagos, que anticipó que quiere seguir creciendo dentro del fútbol, con un objetivo en particular: poder ayudar a su familia, cumpliendo de alguna manera, el rol que su padre tuvo, y cuyos valores legó en él.