Vamos por el super, recorriendo planificadamente las góndolas y nos llama la atención la cantidad de productos sin gluten que invaden las distintas estanterías. Cada vez las dietas sin esta proteína se hacen más populares pero ¿por qué es que tantas personas deben evitarla?

Budín marmolado saludable, sin manteca ni harinas para disfrutar en la merienda

El gluten es una proteína que se encuentra en la semilla de muchos cereales como son el trigo, cebada, centeno, así como algunas variedades de avena, híbridos y derivados. Este famoso componente es el responsable de la elasticidad de la masa de harina así como le confiere la consistencia y esponjosidad de los panes y las masas horneadas. Es ese factor que hace que este tipo de alimentos sean tan atractivos para el paladar.

¿Qué es el gluten y por qué se utiliza?

Esa textura suave y masticable se produce cuando el gluten se calienta, así las proteínas del mismo forman una red elástica que puede estirarse y atrapar el gas, lo que permite una fermentación o elevación óptima, logrando que la humedad se mantenga en los alimentos favoritos de muchos, como las pizzas las pastas o los panes que compramos en la mañana.

Sin embargo estas pastas tiernas o los panes acolchonados no son el deleite de todo el mundo y muchas veces son los desencadenantes de malestares sumamente incómodos. El gluten a pesar de ser una proteína muy nutritiva también tiene la cualidad de ser un poco difícil de digerir.

El gluten es una proteína que da elasticidad y textura a los alimentos.

¿Por qué el gluten es dañino para algunas personas?

Así es que algunas personas no disponen de las enzimas necesarias para digerir completamente el gluten y son precisamente aquellos pequeños pedazos no digeridos los que pueden provocar problemas intestinales.

 Así, las personas que no disponen de estas proteínas complejas que ayudan a descomponer ciertos alimentos (enzimas), pueden verse afectadas por el gluten, sufriendo de problemas autoinmunitarios como la enfermedad celíaca o alérgicos como la alergia respiratoria, alimentaria o de contacto.

La intolerancia al gluten puede presentar síntomas como mareos y fatiga.

El gluten puede suponer un riesgo para la salud de aquellas personas que sufren de este tipo de intolerancias o enfermedades autoinmunes. Estas pueden verse afectadas por síntomas graves como problemas digestivos, en la piel e incluso problemas neurológicos como confusión, fatiga, entumecimiento y depresión. Por ello es importante que aquellas personas que sufren de alguno de estos síntomas acudan inmediatamente a un especialista médico.