Con las estaciones invernales no faltan las imágenes de perros luciendo vestimentas esforzadas y llevando trajes de marcas hasta lujosas. Entre una de las prendas que se colocan a los peludos, con el afán de proteger sus patas del frío, son los zapatos o botitas, pero ¿realmente cumplen esta función?

¿Cuáles son las razas de perro que más sufren el frío?

De todo tipo, forma, diseño y color, las botitas para los perros hacen que sus patas reluzcan entre el cemento frío o los pastos mojados. Los dueños les colocan a sus peludos para mitigar un poco el clima gélido del invierno, quizás desde un cierto sentimiento de empatía, pensando que los pequeños andan descalzos entre el frío afilado.

Nuestro afán de proteger a nuestro perro puede llevarnos a tomar estrategias que quizás no son tan beneficiosas para ellos. Anna Foreman, veterinaria de Everypaw Pet Insurance ha asegurado que complementos como las botitas o zapatos son innecesarios e incluso pueden generarle malestar a los animales.

Riesgo de perderlas y no tan cómodas, los botitas a veces no son tan convenientes

"Mientras los dueños laven y sequen bien las patas de sus perros después de un paseo, no hay necesidad real de usar botas para exteriores", señaló Foreman. Además, enfatizó que este calzado puede "causar angustia a los perros".

Esa incomodidad en nuestros caninos está dada por la falta de costumbre que los animales tienen sobre las prendas que los humanos llevamos con tanta soltura. Incluso puede no ser rentable para los propios dueños debido a que este tipo de accesorios son pasibles de perderse así como pocas veces logran su cometido.

Las almohadillas protegen a los perros del frío y los distintos terrenos.

Los peludos poseen sus propios zapatos en sus patas, que traen de manera integrada. Las almohadillas de las mismas cumplen la función de protegerlos del frío y de los distintos terrenos. Estas estructuras elásticas y acolchonadas son duras y evitan lesiones en las zonas de piel más suaves.

¿Cuándo debemos colocarle zapatos a nuestros perros?

Estas almohadillas explica Foreman “pueden cortarse o perforarse con objetos punzantes, por lo que si un perro queda cojo repentinamente, se deben revisar minuciosamente sus patas”. Es en esos casos donde se vuelve pertinente el uso de los “zapatitos”.

Cuando observamos que nuestro perro siente dolor o incomodidades en sus patas, allí es donde debemos colocarle las botas, a la misma vez que si en climas fríos vemos que el animal no puede caminar. Si este se resbala en el piso mojado o en caso de temperaturas extremas, en la nieve, entonces es conveniente colocárselas. También si estos no toleran el lavado y la limpieza de sus almohadillas, es mejor ponerle zapatos para prevenir cortes y suciedades.

Si sus almohadillas están dañadas, lo mejor es ponerle botitas.