Iniciados los primeros días de junio y con la trilla de soja muy avanzada, muchos productores ya iniciaron la siembra de cultivos invernales buscando una revancha, que el campo generalmente da.

En general, los números de la campaña gruesa son muy finos en cuanto a la soja. Pese a que el cultivo tuvo un buen comportamiento, algunas inclemencias climáticas afectaron su desarrollo; pero dentro de todo se obtuvieron rendimientos esperables.

Si hablamos de maíz, para saber que la situación es muy mala solo basta leer lo que viene sucediendo con el achaparramiento, causado por la gran explosión poblacional de su insecto vector, que trasmitió esta enfermedad a casi todos los maíces del país -en especial, a los del NOA. Muchos lotes se perdieron; y de lo poco que se cosechó, para saber cómo estaban los rendimientos, los resultados son lapidarios.

Pero como dicen los productores, el campo siempre da revancha.

El avance de la siembra de trigo y de garbanzo, más los cultivos de servicios que se pueden haber realizado, muestra que el productor continúa con su ardua labor.

En la finalización de la campaña gruesa se dieron lluvias. Aunque para los cultivos de verano llegaron un poco tarde, sirvieron para acumular agua para la invernal. Debido a ello, los productores sembraron o sembrarán trigo o garbanzo, para ver si pueden tener suerte y recuperar algo de lo mucho, poco, o nada que perdieron con la campaña gruesa.

Seguramente hasta el 10 o el 15 del mes en curso, y a medida de que los últimos lotes de soja se vayan desocupando -y si están en condiciones de humedad edáfica y relativamente limpios- se seguirán sembrando, ya que todavía existen perspectivas de buenos negocios con los cultivos invernales.

Todos sabemos que las condiciones climáticas para el cultivo de granos rozan lo marginal si la comparamos con la Pampa Húmeda, ya en el NOA generalmente se siembran los cultivos invernales con la mirada puesta hacia el futuro de la próxima gruesa. Y en muchos casos el productor utiliza los cultivos de servicio.

Los productores en Tucumán buscan siempre sembrar trigo o garbanzo en el invierno, como alternativa para ayudar a sus finanzas. Pero también para que los suelos estén protegidos de las inclemencias climáticas que se dan durante el otoño y el invierno. Desde hace un tiempo muchos técnicos indican que los cultivos de servicio evaluados por ellos empiezan a afianzarse en la región, debido a los beneficios que generan en los suelos durante la estación más fría.

Además con las diferentes especies que se siembran como cultivos de servicio, tanto en gramíneas como leguminosas, se tiene como segundo objetivo importante generar cobertura en el suelo y brindar mayor cantidad de materia orgánica en un futuro.

Ni hablar de que los cultivos invernales sirven para mantener limpios de malezas a los lotes que después serán cultivados con los cultivos estivales

Además es interesante que siempre tenga presente el comportamiento histórico de la evolución de malezas, que varían de acuerdo a la especie y a su capacidad de dispersión -natural o por el uso de maquinarias-. Pero sobre todo dependerá nivel de adopción de nuevas prácticas de manejo, tanto preventivas como reactivas que hagan durante los cultivos de invierno.

De acuerdo a diversos estudios técnicos, en diferentes campañas una de las problemáticas estuvo dada por la gran capacidad de desarrollo temprano que tienen algunas especies perennes durante el otoño.

Los productores conocen que para sembrar los invernales es necesario tener perfil húmedo, como se dice normalmente, ya que una vez a fines de otoño y comienzo de invierno las pocas lluvias desaparecen, y si no se evitan las malezas de manera adecuada, la competencia de esta con el trigo es complicada.

Muchas malezas generan problemas en los cultivos de granos -estivales e invernales- con la presión de biotipos de gramíneas, sumadas a las malezas de hoja ancha resistentes, que van creciendo en el territorio provincial y en diferentes zonas productoras de granos de la región y del país.

Lo positivo es que existen recomendaciones técnicas de las diversas instituciones de investigación y de los profesionales, que deben ser usadas para evitar su diseminación teniendo a mano las mejores herramientas y estrategias de manejo para su control.

Esto debe tenerse muy en cuenta para lograr un cultivo de invierno lo más limpio posible, para que llegue de una mejor manera al final de su ciclo y que permita a la vez llegar con un lote lo más libre posible de malezas para la campaña gruesa siguiente.