Los hongos son microorganismos que solo se pueden ver a través de un microscopio, pero a pesar de su diminuto tamaño, pueden causar infecciones significativas en el ser humano. Estas infecciones suelen afectar principalmente a la piel, ya que los hongos necesitan queratina, una sustancia presente en la capa externa de la piel, para sobrevivir. En casos raros, las infecciones fúngicas pueden ser invasivas y afectar órganos internos del cuerpo.

Tipos de infecciones fúngicas

Existen varios tipos de hongos que pueden causar infecciones en los seres humanos:

Geofílicos: viven en el suelo.

Zoofílicos: habitan en animales domésticos como perros, gatos y animales de granja, y se transmiten a los humanos por contacto.

Antropofíticos: residen en otros humanos y se contagian a través del contacto directo.

Pitiriasis versicolor: causada por el hongo Malassezia furfur, que es parte de la flora normal de nuestra piel.

Moniliasis: infecciones por Cándida, hongos que normalmente viven en nuestro tracto digestivo.

Síntomas de las infecciones fúngicas

Las infecciones fúngicas suelen manifestarse con lesiones en la piel que pueden variar en color, desde rosado hasta rojo oscuro, y en algunos casos, sin pigmentación, resultando en piel pálida. Estas infecciones pueden afectar el cabello, las uñas, la piel y las mucosas, incluyendo la boca y la vagina.

Los lugares más comunes para las infecciones fúngicas son los pliegues del cuerpo, como las axilas, el pliegue entre los glúteos de los bebés y los espacios entre los dedos, debido a la humedad que favorece el crecimiento de los hongos. Las lesiones suelen ser pruriginosas (causar picor) y descamar (desprender pequeñas porciones de piel seca).

Aparición de los síntomas

Los síntomas pueden comenzar después de un traumatismo o debido a un aumento de la hidratación y la maceración de la piel. También pueden aparecer días o semanas después del contacto con una persona, animal u objeto infectado.

Prevención de las infecciones fúngicas

Para prevenir las infecciones fúngicas, se recomienda:

Mantener la piel y los pliegues secos, incluso utilizando un secador de cabello en los pliegues antes de aplicar pomadas.

Realizar un buen control veterinario de los animales de compañía.

Evitar caminar descalzo en piscinas públicas y usar calzado de goma en duchas y vestuarios públicos.

Cuándo consultar al médico

Se debe consultar a un médico ante cualquier lesión del cabello, piel, uñas o mucosas que dure más de una semana. El diagnóstico se realiza principalmente mediante la exploración clínica, y puede complementarse con el uso de la lámpara de Wood, que emite una luz ultravioleta ante la cual algunos hongos emiten fluorescencia.

El tratamiento de las infecciones fúngicas implica el uso de antimicóticos o antifúngicos. Estos pueden presentarse en varias formas, como polvo, loción, emulsión, crema, pomada o ungüento, y se aplican directamente en la zona afectada. Para infecciones más graves, los antimicóticos también pueden administrarse por vía oral o inyectable.