Un cura villero de Buenos Aires afirmó que "muchos comedores están sin funcionar" debido a la falta de alimentos.

El sacerdote "Paco" Olivera” participó este martes en la audiencia convocada por la Cámara Federal por la causa contra la ministra de Capital Humano nacional, Sandra Pettovello, en medio del escándalo por la retención de alimentos en los galpones de Villa Martelli, en Buenos Aires, y en Tafí Viejo, en la provincia.

"Nos enteramos que tienen comida en los galpones hace un montón de tiempo sin repartir. Ni siquiera estamos diciendo, lo que debería ser lógico, que el gobierno, en una situación de crisis tan importante como la que estamos viviendo, tiene que tener un plan regular de entrega de alimentos para que los comedores funcionen. La realidad es que nuestros comedores están sin funcionar o en su mínima expresión", expresó tras la jornada judicial.

En una entrevista con el canal de noticias porteño A24, el cura contó que sus comedores habían sido auditados tres veces. "Nos aplaudieron, pero no llegó un solo kilo de arroz", expresó.

"Sí, llegan más familias, pero lamentablemente le tenemos decir que no (tenemos comida). Estábamos alimentando a unas 1.200 personas en dos comedores y en otros que ayudábamos. Pero en estos momentos estamos alimentando a alrededor de 180 personas porque no tenemos más más capacidad con medios propios", dijo el religioso, quien resaltó la ayuda de la comunidad en la actualidad.

“Cuántos comedores hay en los barrios que no tienen ayuda absolutamente de nadie, sino de su propio esfuerzo. En su momento, tenían la ayuda del Estado (…) Nadie puede sustituir al Estado. La buena voluntad y la solidaridad de la gente suma mucho, aunque nadie puede sustituir al Estado. Estamos hablando de toneladas de alimentos. ¿Quién nos puede ayudar a conseguir esas toneladas de alimentos? No es posible sin Estado”, enfatizó.

El Ejército, en el galpón de Tafí Viejo. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO

Olivera resaltó que estos momentos la Iglesia “está siendo unánime” al reclamar al gobierno de Javier Milei que distribuya la mercadería. "Es la primera vez que escucho a muchos obispos de todo el país diciendo hay que repartir ya los alimentos", subrayó.

"Después podemos discutir la forma de repartir. A mí me puede gustar más o menos que la leche sea distribuida por (la Fundación) Conin, pero, mínimamente, que se reparta. En estos momentos, (el pedido es que) se reparta el alimento porque la gente está pasando hambre, y no es una metáfora", enfatizó.

El sacerdote advirtió que "en los barrios se come salteado, que la gente está cocinando con leñas, si la consigue, porque no tiene plata para cargar la garrafa". "A las personas que cobraban el Potencial Trabajo, que son las que cocinan en los comedores, le sacaron el plus que era como un segundo Potenciar Trabajo, y la dejaron con $78.000 desde diciembre. Con eso (el dinero) ponen su cuerpo para darle comer a las personas", acotó.

Y prosiguió: "La realidad que se está viviendo en los barrios es de deterioro social que no vi ni en 2001. Si es parecida a la situación de 2001, tardamos 11 años; esto ha sido en cinco meses”.

Por otro lado, Olivera cuestionó que "espera la mano invisible del mercado": "haber si nos ayuda a pasar el invierno". "La verdad, yo no la veo (por la ayuda del mercado)", hizo hincapié.