Abrir la heladera muchas veces y no desconectar otros aparatos cuando no se están utilizando contribuyen al aumento de la factura de energía mensual. La cocina es un punto decisivo en cualquier hogar, no solo por ser el espacio donde se preparan los alimentos, sino también por ser un epicentro de consumo energético.

Esto lo evidencia la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) de España, que realizaron un análisis exhaustivo sobre el consumo energético de los electrodomésticos ubicados en la cocina. Este estudio revela datos que pueden ayudar a los consumidores a tomar decisiones más informadas y reducir sus facturas de electricidad. A continuación presentamos los electrodomésticos que más gastan energía y cómo reducir su consumo.

¿Cuál gasta más energía, la heladera o el congelador?

De acuerdo con los estudios, el electrodoméstico que más energía consume en la cocina es la heladera. Este aparato, esencial en cualquier hogar, tiene un consumo anual estimado de 662 kWh, representando aproximadamente el 22% del gasto eléctrico total de un hogar. Su funcionamiento constante, las 24 horas del día, los 365 días del año, es el principal motivo de este elevado consumo. No obstante, la tecnología avanzó y es posible reducir considerablemente este gasto escogiendo modelos más eficientes energéticamente, que pueden consumir menos de 200 kWh anuales.

El congelador, otro electrodoméstico indispensable, ocupa el segundo lugar en consumo energético con 563 kWh/año. Este equipo también se mantiene en funcionamiento permanente como la heladera, lo que explica su significativo consumo.

El microondas y otros electrodomésticos

En tercer lugar se encuentra el microondas, cuyo consumo energético puede oscilar entre 800 y 900 kWh anuales. Aunque este electrodoméstico permite calentar alimentos rápidamente, también puede contribuir hasta un 7% del consumo energético total de la cocina.

¿Cuánta energía consume el lavavajillas?

Muchas veces se piensa que lavar los platos a mano es más económico que utilizar el lavavajillas. Sin embargo, estudios realizados demuestran que este electrodoméstico tiene un consumo energético anual de 246 kWh y puede ser más eficiente en términos de consumo de agua. Un lavavajillas ahorra hasta 30 litros de agua por ciclo en comparación con el lavado manual, pero representa aproximadamente el 8.3% del consumo eléctrico del hogar. Este dato puede sorprender a muchos consumidores que pueden elegir el que se adecúe a sus preferencias.

Consejos para reducir el consumo energético en el hogar

Al conocer el consumo energético de estos electrodomésticos de la cocina, surgen diversas recomendaciones para minimizar su impacto económico.

1. Optar por electrodomésticos con alta eficiencia energética

Escoger electrodomésticos con etiqueta A+++, aunque pueden tener un costo inicial más alto, permite un ahorro significativo a largo plazo en la factura energética.

2. Mantener los electrodomésticos en buen estado

Realizar un mantenimiento adecuado y periódico puede mejorar su eficiencia energética y alargar su vida útil. Descongelar el frigorífico regularmente evita que se acumule hielo excesivo, lo que puede hacer que el aparato trabaje más y consuma más energía.

3. Ajustar la temperatura de la heladera y el congelador

Ajustar la temperatura de estos electrodomésticos a niveles adecuados es otra forma efectiva de reducir el consumo. La temperatura recomendada para la heladera es de unos 4ºC y para el congelador, -18ºC. Mantener estas temperaturas no solo asegura la conservación adecuada de los alimentos, sino que también evita un consumo energético innecesario.

4. Utilizar programas de ahorro de energía

Muchos electrodomésticos modernos vienen equipados con programas de ahorro de energía. Estos programas están diseñados para optimizar el uso de energía sin comprometer el rendimiento. Utilizarlos siempre que sea posible puede hacer una diferencia notable en el consumo anual de electricidad. Por ejemplo, el programa ecológico en los lavavajillas y en las lavadoras suele usar menos agua y energía, extendiendo el ciclo de lavado y alcanzando los mismos niveles de limpieza y eficiencia.