Cuando aparecen los primeros síntomas del Alzheimer, es habitual que quienes lo padecen no recuerden algunas cosas del día o de días recientes, pero, en cambio, recuerden perfectamente cosas sucedidas hace muchos años. 

También puede suceder que una persona con esta enfermedad progresiva que afecta a la memoria recuerden muy bien algunos conocimientos culturales, pero no cosas aparentemente sencillas. ¿Por qué sucede esto? ¿Hay diferentes tipos de memoria? Sí, los hay y, en esta nota, hablamos de cómo el Alzheimer afecta a los distintos tipos de memoria.

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¿Cuáles son los tipos de memoria que afecta el Alzheimer?

Los signos del Alzheimer están relacionados con las áreas del cerebro que se ven afectadas por la enfermedad. El hipocampo (encargado de formar nuevas memorias para que puedan mantenerse a largo plazo) suele ser el primer afectado por las alteraciones neuropatológicas del Alzheimer.

Los distintos tipos de memorias se verán afectados dependiendo tanto de la evolución como de la fase en la que se encuentre la enfermedad. Por ejemplo, en el comienzo, las personas afectadas pueden tener dificultades para recordar qué desayunaron, pero pueden explicar con detalles anécdotas o vivencias de su juventud.

Los primeros síntomas de esta enfermedad tienen que ver con la alteración de la memoria episódica (que permite recordar los hechos vividos), específicamente la reciente. Mientras la patología progresa, se ven afectados los recuerdos más lejanos en el tiempo y van apareciendo nuevos síntomas relacionados con otras formas de memoria y capacidades cognitivas.

La memoria prospectiva (encargada de los recuerdos relacionados con una acción planificada) también se ve afectada a medida de que avanza el daño de la enfermedad en el cerebro, esto se traduce en que la persona puede olvidar asistir a alguna cita o llevar acabo alguna actividad programada como pagar una factura.

¿Cuál es el tipo de memoria más resistente al Alzheimer?

La memoria no declarativa o implícita es muy resistente a la evolución del Alzheimer. Es por ello que cuando una persona está en la fase moderada de la enfermedad en comparación con una grave afectación de otras formas de memoria, pueden actuar aún razonablemente ciertas actividades en las que llegaron a ser muy diestros, como por ejemplo, tocar algún instrumento o hacer labores de costura.