Oscar del Barco, filósofo y poeta cordobés, falleció a los 96 años. Nacido en Bell Ville en 1928, se convirtió en una figura central del pensamiento de izquierda en Argentina y Latinoamérica desde la década de 1960. Destacó como editor, traductor y ensayista, siendo reconocido por sus traducciones de autores franceses rupturistas como Antonin Artaud y Georges Bataille, que influenciaron el estudio de la filosofía y la literatura. Militó en el Partido Comunista hasta 1963, cuando fue expulsado junto a otros intelectuales y formó parte del influyente grupo editor de la revista "Pasado y Presente".

Durante su exilio en México (1975-1983), Del Barco dirigió el Centro de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Autónoma de Puebla y publicó varias obras que exploraban el marxismo desde una perspectiva heterodoxa. En esa etapa, también se interesó en las experiencias con sustancias psicotrópicas, reflejando estas vivencias en su escritura. En 2010, sus textos sobre estos temas fueron recopilados en "Alternativas de lo posthumano", destacando la influencia de estas experiencias en su desarrollo ético y místico.

Del Barco generó uno de los debates más intensos en el pensamiento de izquierda en Argentina con su "polémica del No matarás" en 2004. A través de una carta, se responsabilizó por los asesinatos de militantes del Ejército Guerrillero del Pueblo en 1964 y cuestionó las justificaciones revolucionarias para la violencia. Esta controversia desencadenó numerosas respuestas y se recopiló en el libro "No matar. Sobre la responsabilidad" en 2007, abriendo discusiones sobre la relación entre violencia y política y los juicios morales sobre acciones del pasado.

En 2014, Del Barco rechazó el Premio Konex por desacuerdos éticos, afirmando su rechazo a compartir galardones con figuras asociadas a la dictadura argentina. Continuó escribiendo y publicando hasta sus últimos años, con obras como "Alétheia" en 2020 y "Un resplandor sin nombre" en 2022. Su vida y obra reflejan una constante búsqueda de confrontar el pensamiento propio y colectivo, desafiando tanto las ortodoxias establecidas como sus propias convicciones.