Durante décadas la Provincia contó con dos entes de control de servicios públicos: uno específico para agua y cloacas, y otro para electricidad. Pero a instancias de la administración de José Alperovich, a fines de 2011 se fusionaron: la Legislatura sancionó la Ley Nº 8.479, mediante la cual se creó el Ente Único de Control y Regulación de los Servicios Públicos Provinciales de Tucumán (Ersept).

Hasta entonces, en Tucumán funcionaban el Ente Regulador del Servicio de Agua y Cloacas (Ersact), por un lado, y el Ente Provincial de Regulación de la Energía de Tucumán (Epret), por el otro. Dirigentes políticos consideraron entonces que dicho desdoblamiento permitía un mayor control sobre las prestaciones de los servicios, a diferencia de lo que ocurre ahora. Y en la sesión legislativa del jueves, en la que se ratificó el DNU por la intervención del Ersept con José Ricardo Ascárate a la cabeza, se escucharon voces en ese sentido.

Legislatura: entre tensiones y reproches, avalaron a José Ascárate en el Ersept

El presidente del bloque Justicialista Roque Tobías Álvarez tomó la palabra en el cierre del debate y respaldó la determinación del gobernador Osvaldo Jaldo, de prorrogar la intervención hasta octubre de 2027 (el DNU que firmó el 15 de marzo indicaba que sería sólo por 120 días). En su alocución también dijo, a título personal, que tenía dos anhelos: que el Ente se regularice antes de la fecha del decreto de necesidad y urgencia, y que sería positivo si en algún momento las oficinas volvían a funcionar como en sus inicios, por separado.

El taficeño reconoció que hubo yerros a lo largo de la gestión, pero que cuando el Ente de Control se puso en marcha de modo desdoblado, tuvo buenas intervenciones para defender a los tucumanos. Repasó que a través de audiencias se logró una disminución del 23% en el valor de la distribución de la energía a los usuarios. “En ese momento sí se reconocía todo lo que se echaba a perder en la heladera, no sólo de los supermercados sino también de las casas. Claro que las cosas tienen que estar mejor, pero no sólo por una expresión de anhelo. Estamos en un momento bisagra, especial en materia de energía”, indicó.

“A mí todavía no me cierra ni apruebo el hecho de la unificación de los entes”, continuó Álvarez. En ese sentido, advirtió que en total antes había siete directivos que controlaban los servicios de agua y de electricidad y que la ley del Ersept indica que deben ser tres para controlar a la SAT y a EDET. “Para mí es re difícil. No digo que sea imposible, pero sí una tarea difícil. Y esto lo digo a título personal, en un momento bisagra”, dijo. Y añadió: “estamos por renegociar el contrato de EDET de 2025 a 2035. Estamos hablando del futuro de la provisión de energía, de cuidar el futuro de los tucumanos por los próximos 10 años”.

Ecos de la sesión

“El que avisa no traiciona”.- Claudio Viña fue el único de los legisladores alfaristas que votó en contra de la intervención del Ersept hasta 2027. Dijo que no es que se esté alejando políticamente, pero sí que tiene una trayectoria que no le permite “votar cualquier cosa” porque su espacio tenga cercanía con el oficialismo. “Tenemos esas libertades. Espero que no sea malentendida, pero el que avisa no traiciona. Yo no voy a cambiar un voto a mitad de camino. Se habla, se define y vamos hasta ahora aceptando la decisión del otro”, declaró a LG Play.

Tensiones en ambas veredas.- En el recinto se percibieron tensiones y enojos en el peronismo y en el radicalismo por la vuelta a comisión de una iniciativa que trabajó y dio dictamen Turismo, por la prórroga de una ley para la regularización. El presidente de Legislación General, Gerónimo Vargas Aignasse, planteó que el tema debió pasar por su comisión. Algo similar planteó el radical José Cano, a pesar de la insistente defensa de los integrantes de Turismo Hugo Ledesma, Carlos Funez, Eduardo Verón Guerra y Silvia Elías de Pérez. La radical, notablemente ofuscada, defendió el trabajo realizado y pidió no menospreciar la tarea hecha.