Viajar es una actividad que muchas personas experimentamos a lo largo de nuestras vidas. A veces por motivos de empleo, otras veces para visitar a nuestros familiares, o simplemente para conocer o regresar a lugares que nos gustan. Diferentes medios de transporte terrestre nos conducen a los lugares elegidos, desde automóviles, motocicletas, bicicletas, trenes, hasta llegar quizás a uno de los más utilizados, como el colectivo. Los hay de corta, media y larga distancia, con distintos recorridos. Su información está disponible generalmente en internet, o preguntando en las boleterías de las terminales, cómo antiguamente hacíamos. En el camino podemos conocer los lugares que habitamos o que nos gustaría habitar, así como la diversidad de paisajes rurales o urbanos que lo componen. Montañas, ríos, selvas o desiertos, pequeños pueblos estancados en el tiempo, son solo algunos de los innumerables elementos que tenemos la posibilidad de encontrar en el trayecto. ¿En algún momento quisiste conocer los pueblos o ciudades cercanos que hay en tu provincia? Es decir, ¿Aquellos que lees en los carteles verdes con letras blancas que hay en las rutas que transitas con frecuencia? Si la respuesta es afirmativa, una opción que puede ser un poco más económica, si no dispones de vehículo, es ir en transporte público, consultando en la terminal de tu provincia por las opciones disponibles. Posiblemente te genere curiosidad, la cantidad de pueblos en el interior que podes conocer en colectivo, yendo y regresando en el mismo día de viaje. También te puede llamar la atención el recorrido de los colectivos por rutas provinciales con tramos de tierra, y la alegría de los habitantes de los pequeños pueblos o parajes al ver pasar a los colectivos. Al retornar o antes de viajar, se puede realizar un itinerario del viaje ingresando en Google Maps o Google Earth, y luego buscar información sobre las características de los lugares que pudiste conocer, cómo las fechas de sus fundaciones o sus principales actividades. Otra alternativa, si contás con tiempo libre y posibilidades económicas, son los viajes en colectivos de media y larga distancia. Allí, se pueden observar los mismos detalles de la naturaleza que en un viaje a un lugar cercano, intensificados tal vez por los cambios de paisajes naturales, y de diseño de las ciudades que se encuentran en el camino. En los mismos colectivos de media y larga distancia, en ocasiones, durante el viaje experimentamos una forma distinta de dormir, como ser el dormir en movimiento. Quizás, nos rememore a un recuerdo difuso de la infancia, cuando dormíamos en movimiento en los brazos de nuestros padres mientras ellos caminaban. Viajar, tener la mirada perdida en el paisaje, detenerse en el tiempo, compartir un momento con la naturaleza que nos rodea. De algún modo, podemos albergar recuerdos de viajes en nuestra memoria, pensando que, tal vez, podemos vivir en un lugar sin estar necesariamente en él, con solamente recordarlo o imaginarlo..

Leonardo Charaf

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