La siesta, una práctica habitual para muchos tras el almuerzo, es más que una simple tradición; es una necesidad biológica que ayuda a reponer energías para el resto del día y a mejorar tu salud. Sin embargo, surge una pregunta clave: ¿cuánto debe durar una siesta para ser realmente efectiva sin afectar el sueño nocturno?

Se sabe que siestas prolongadas pueden dificultar el sueño nocturno, mientras que la falta de una siesta puede resultar en una tarde menos productiva. Un estudio de la NASA ofrece una solución equilibrada para aprovechar los beneficios sin repercusiones negativas.

Cuánto debe durar la siesta, según la NASA

Según el estudio realizado por la NASA en 1995, la duración ideal de una siesta es de entre 25 y 30 minutos. Esta investigación demostró que un breve descanso de este tipo no interfiere con el sueño nocturno y ofrece múltiples beneficios, como la recuperación de la vitalidad y la mejora del estado de alerta.

Por otro lado, investigaciones científicas señalan que las personas que toman siestas regularmente tienen un cerebro significativamente más grande en volumen, lo que sugiere beneficios cognitivos. Estos hallazgos refuerzan la idea de que una siesta breve, de 25 a 30 minutos, puede mejorar tanto el bienestar como la capacidad de alerta.

Un corto descanso durante el día puede ser una estrategia efectiva para enfrentar la jornada con más energía y vitalidad. La clave está en no exceder el tiempo recomendado para evitar trastornos en el ciclo del sueño nocturno. Así, la próxima vez que sientas la necesidad de una siesta, recuerda: 25 a 30 minutos es la duración perfecta según la NASA.