Gonzalo Esteban “Pokemón” Nóblega (39 años) ya había decidido su destino. “Terminó como terminó lamentablemente, murió en su ley”, sintetizó su padre, Pedro. Por una denuncia de violencia de género, la Justicia había determinado que el hombre fuera excluido del domicilio que habitaba, pero “Pokemón” no estaba dispuesto a ceder. Cuando a las 18 vio llegar a un importante número de efectivos que llegaban al pasaje Martín Fierro al 1.000 para cumplir con la orden, Nóblega no se amedrentó y, lejos de cooperar tomó una pistola con la que empezó a abrir fuego. No fueron tiros para infundir miedo, disparó directamente contra la humanidad de los policías e hirió al sargento César Augusto Figueroa (40 años) en el pecho. El chaleco antibalas salvó al efectivo, que se encuentra hospitalizado, pero estable según el último informe.
Los vecinos contaron que la siguiente escena pareció de una película de Hollywood: se desató un mortal enfrentamiento en el que se oyeron numerosas detonaciones. “Pokemón” cayó abatido por la réplica y falleció. Nóblega tenía numerosos antecedentes por robos.
Hasta ayer a la noche había al menos 30 efectivos cuidando la escena en inmediaciones del pasaje, que se ubica en la entrada de Villa 9 de Julio, muy cerca de la cancha de Sportivo Guzmán. Ese no fue un detalle menor, porque había vecinos de calle Juramento, por ejemplo, que contaron que estaban en la vereda charlando cuando empezó el enfrentamiento a pocos metros y creyeron que eran cohetes artificiales. “Estaba hablando con el hombre del quiosco cuando empezaron a sonar los tiros. Pensábamos que jugaba Sportivo y que era pirotecnia hasta que escuchamos que un policía nos gritaba ‘¡entren! ¡entren’!”, explicó Marcela Flores.
“Venía con problemas”
“Él tenía un problema psiquiátrico, le estábamos haciendo un tratamiento y lo llevábamos al hospital Obarrio para intentar internarlo, pero él no quería y cada vez estaba más loco”, explicó Pedro Nóblega en una breve entrevista con LA GACETA. El hombre esperaba la llegada del fiscal Pedro Gallo a la escena para poder identificar el cuerpo de su hijo y colaborar con lo que necesitaran los investigadores.
Nóblega indicó que estaba en el super cuando lo llamaron y le dijeron: “Gonzalo está muerto, hay como 200 policías aquí. Con una pistola le quiso pelear a la Policía entera y lo mataron”.
“Venía con problemas con su mujer, le entraban estupideces en la cabeza y no había manera... Como familia ya veníamos desde hace unos años luchando con esta situación”, detalló el padre. “A mí nunca me agredió, pero se enojaba y había que bancárselo, te decía 3.000 palabras en un segundo y todas eran malas”, agregó.
Actualmente la ley de Salud Mental indica que no se puede internar a un enfermo sin su consentimiento, salvo que exista una orden judicial. Nóblega consideró que eso debería cambiar y que se debería escuchar a los padres que piden internar a su hijo. “Estas personas siempre se resisten a entrar ahí (a un psiquiátrico). Creo que eso debería cambiar”.
Por último, recordó que “Pokemón” era chef, pero ya no ejercía el oficio y que cuando lo tenía en la casa paterna lo ayudaba con el taller que tiene la familia. “Jamás me imaginé que terminaría así, pero terminó en su ley, él no quería que nadie le diga nada, que nadie lo aconseje”, concluyó.
Algunos vecinos indicaron que “Pokemón” era problemático. Otros señalaron que a pesar de tener mala fama, el hombre también tenía virtudes, pero que el consumo de droga lo llevó por mal camino.
En 2013: un trágico antecedente
En septiembre de 2013, el comisario Víctor Barraza y el prosecretario judicial Eduardo “Lalo” Uro fueron asesinados cuando allanaban la casa de un hombre acusado de abuso sexual. Cuando trataban de convencerlo de que no se resistiera a la medida judicial, Daniel Sirnio les disparó. Luego se suicidó con la misma arma.