La investigación comenzó a fines del año pasado, cuando la Policía detectó un vehículo con pedido de secuestro que circulaba por Yerba Buena. La primera sorpresa que se llevaron fue descubrir que el conductor era un efectivo de la provincia, pero eso fue solo un condimento más de una causa que sigue creciendo y que podría implicar a otros uniformados, a personal del Registro Automotor, a conocidos delincuentes con prontuario y hasta narcotraficantes, todos comprometidos con una banda “polirrubro”, nacida en Tucumán, pero que habría operado en varias provincias y en Bolivia.
Según pudo determinar la investigación realizada por el fiscal Diego López Ávila, de Robos y Hurtos I, estos son solo algunos de los ilícitos que cometían:
1) Robo agravado. Los delincuentes manipulaban varios vehículos por poco tiempo. Los robaban principalmente en barrios del conurbano bonaerense y otras localidades de esa provincia. “Pudimos establecer que la mayoría de los autos y motos que utilizaban provenían de hechos violentos, robos a mano armada que incluían lesiones. Había otros que eran robados en casas”, le dijo el fiscal a LA GACETA.
2) Asaltos y arrebatos. En esos vehículos se trasladaban a otras provincias, donde cometían otros ilícitos en los que aparecen mencionados los mismos dominios.
3) “Escruches”. Cuando llegaban a Tucumán, puntualmente se especializaban en utilizar esos vehículos para realizar “escruches”, es decir: entraban a robar en casas cuando sus habitantes no estaban. En más de una ocasión, según consta en las denuncias, los ladrones se llevaban también el auto o la moto de las víctimas.
4) Falsificación. Era uno de los posibles finales que tenían los vehículos. “Falsificaban los Formularios 08 con mucha precisión; muchos parecían originales. Además utilizaban herramientas profesionales para cambiar los dominios de los vehículos; también en algunos casos los pintaban de otro color”, explicó el fiscal. Con el auto “renovado”, los delincuentes lo ofrecían a la venta a un precio de revista.
5) Contrabando. El fiscal considera que había otros policías implicados y personal del Registro Automotor que les informaban a los delincuentes cuando el vehículo que usaban ya estaba “quemado”, es decir, que ya estaba en la mira por haber quedado identificado en algunos hechos delictivos. Esa era la alarma para llevar ese medio de transporte a Bolivia, donde lo malvendían, pero no se descarta que también puedan haberlos cambiado por droga porque aparecen mencionados en la causa presuntos narcos.
Ayer se realizaron 13 allanamientos que concluyeron con la detención de cinco de siete buscados. El sexto estaría preso en otra provincia por otro delito y el séptimo sigue prófugo. Los nombres de los detenidos se conocerán hoy en una audiencia, cuando serán imputados por asociación ilícita. En simultáneo continúan realizando varias medidas para seguir descubriendo las aristas de esta organización “polirrubro”, cuyo líder podría recibir una pena de hasta 20 años de prisión. “Seguimos investigando para ver si había más implicados, pero lo importante es que, de los ya identificados pudimos determinar qué función cumplían dentro de la organización”, concluyó el fiscal.