Los reencuentros no siempre son felices. Pasa en la vida, pasa en el deporte. Y sobre todo, en un deporte tan pasional como el fútbol. Ayer, lo vivieron en carne propia Favio Orsi y Sergio Gómez, en su primera visita al Monumental José Fierro tras su salida de Atlético.

El ciclo de la dupla al frente del “decano”, se sabe, no terminó bien. Tras un buen primer tramo en el cierre de la Liga Profesional 2023, y acercar al equipo a la pelea por el ingreso a copas, en el cierre del año; llegó la derrota ante Huracán que privó al conjunto de 25 de Mayo y Chile de jugar la Copa Sudamericana, y eso marcó un primer quiebre en la relación entre los entrenadores y la hinchada que nunca terminó de afianzarse, con el recelo de su pasado en San Martín. Y el mal arranque en la Copa de la Liga 2024, con tres empates y tres derrotas, quebró toda posibilidad de reconciliación. Y los conflictos con dos referentes como Guillermo Acosta y Bruno Bianchi [este último dejó el club con duras declaraciones contra la dupla] fue un condimento que contribuyó a profundizar todo.

Aunque se fueron en buenos términos con la dirigencia, y con la mayoría de sus dirigidos, la hinchada no guarda un buen recuerdo de Orsi y Gómez; al contrario. Y se lo hicieron saber anoche. Ya cuando la voz del estadio anunció la formación de Platense, y se mencionó a los entrenadores, estallaron los primeros silbidos. Incluso, en la previa del partido, circularon fotos de algunos carteles apuntando contra ambos, aunque finalmente no se vieron en el estadio.

Cuando hicieron su aparición en el campo de juego, llegó el momento de mayor reprobación por parte de la hinchada. Silbidos e insultos coparon la fría noche tucumana, y se acentuaron cuando gran parte del plantel de Atlético se acercó a saludar a ambos

Ni Orsi ni Gómez se hicieron eco de los ataques. Ambos se comportaron fiel a sus respectivos estilos; el primero con su habitual ida y vuelta caminando por la línea del corralito, y el segundo, con mucha intensidad. Si fue un partido especial para ellos, se lo guardaron bien. Quizás el único indicio fue el no festejo en el gol de Mateo Pellegrino, el primero del “calamar” en el torneo. Pero poco más. Durante todo el transcurso del encuentro, debieron soportar los insultos, con mayor o menor intensidad, y lo hicieron sin inmutarse.

Al finalizar el partido, con la calentura de un resultado amargo encima, la gente despidió a Orsi y Gómez igual que los recibió: con más insultos. “Cómo nos arruinaron estos dos”, se escuchó decir a un hincha en la platea; un pensamiento que se repite entre los seguidores “decanos”.

Pese al hostil recibimiento, Orsi y Gómez se van de Tucumán con sensaciones positivas por el empate que consiguió Platense.