Del otro lado del vidrio, el día está gris y llueve. El termómetro indica muy pocos grados. ¿Te cuesta levantarte, abrigarte y salir? Si podés quedarte en casa cuando hace mucho frío, como en estos últimos días, no lo dudás. ¿Sentís que tenés menos energía, y hasta pensás que estás más triste por momentos? No sos el único o la única. Las bajas temperaturas del otoño y del invierno pueden impactar en los estados de ánimo de las personas.

Los expertos en salud mental le llaman trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés). Suele aparecer por los días más cortos y fríos, y algunas personas pueden sufrir por ello estrés, tristeza e incluso depresión. Si bien no suele ser algo incapacitante, sí puede aparecer acompañado por una sensación de desgano, describen los expertos.

El trastorno se manifiesta también a través de la apatía, el incremento del sueño, la falta de motivación para realizar las actividades cotidianas, el aumento del apetito y del peso, la irritabilidad, la falta de iniciativa y el aislamiento social, entre otros. Estos síntomas suelen intensificarse hacia finales del otoño y en los meses de invierno.

Componentes de la conducta

El psicólogo Roberto González Marchetti nos explica en detalle por qué y cómo nos puede afectar el frío en la forma de comportarnos. Para empezar, remarca que la conducta tiene tres componentes, en los cuales las interacciones producen modificaciones. “Uno de los componentes es la parte interna; tienen que ver el temperamento, las emociones, factores genéticos, la disposición o estilo de personalidad”, describe.

“El otro componente se relaciona a las interacciones sociales y familiares, y al sistema de crianza, la niñez. Lo tercero tiene que ver con el factor ambiental. En ese punto, entra el factor clima, que puede incidir en la conducta de una persona”, añade el profesional.

Por el general, según González Marchetti, el clima influye en el campo de la conducta alimenticia, ya que la gente necesita consumir comidas más calóricas. “También aparecen más enfermedades en las vías respiratorias y eso nos puede llevar a querer evitar el contacto con otras personas”, sostiene el especialista, que es presidente de la Federación de Entidades Profesionales Universitarias de Tucumán (Feput).

Los días más cortos (con menos luz) tienen mucho que ver, analiza. La gente tiende a quedarse en casa con más frecuencia cuando hace frío y está oscuro. Esto puede aumentar el aislamiento y disminuir la oportunidad de compartir actividades agradables con los demás, lo que contribuye aún más a la tristeza y la depresión.

“Es algo que se ve con frecuencia en los países escandinavos”, ejemplificó. Y luego hizo una aclaración: por lo general, esa tristeza o “bajón” suele ser transitoria, cuando uno no tiene motivaciones para hacer cosas. “Si en ese mismo momento, la persona atraviesa situaciones de crisis, o está elaborando un duelo, cierto estrés puede llevar a que tenga un episodio depresivo. Entonces, la condición climática puede actuar como un gatillo. Así como el frío puede hacer que la persona se aísle y se entristezca, el calor indice en la ansiedad y la irritabilidad”, evalúa.

“Cuando hace frío, una persona en estado de tristeza temporal suele afrontar situaciones desde el pesimismo o la baja motivación. En cambio, cuando hace calor, necesita resultados rápidos, no quiere esperar”, especifica el experto.

Menos sol

Según remarca la psiquiatra Myriam Figueroa, está demostrado que la menor exposición al sol baja el estado de ánimo de las personas. ¿Qué se puede hacer para transitar estos días tan helados sin que no nos afecten tanto las emociones?, le preguntamos.

“Lo importante es acompañar a nuestra esencia. Si el cuerpo nos pide abrigo, no salir tanto. Poner más calorías en nuestra alimentación está bien. Además, se aconseja no dejar nuestras actividades diarias correspondientes. Cuando ya no tenemos ganas ni placer en lo laboral, en lo social y en lo familiar, cuando ya nada nos motiva, habría buscar ayuda”, recomienda.

Otros consejos incluyen hacer ejercicio de forma regular para mejorar el estado de ánimo y los niveles de energía, dormir lo suficiente (ocho horas por día), abrir las persianas o cortinas de la casa y pasar tiempo al aire libre todos los días, incluso los nublados. En otros países, hay personas que realizan terapia con luz, que consiste en exponerse a los rayos de luz de unas lámparas especialmente diseñadas para estos fines.

Hay que tener especial cuidado con la alimentación. El trastorno afectivo estacional puede ocasionar deseos de consumir los llamados “alimentos de consuelo”, que contienen mucha azúcar y carbohidratos simples, como pasta y pan. Si sentimos que necesitamos más comida, lo ideal no es recurrir a los productos que tienen exceso de calorías no saludables, ya que estos nos generan fatiga, más ganas de dormir y hacen que aumentemos de peso. Lo mejor es optar por frutas, verduras y granos enteros.

Pronóstico

Para los que están esperando ansiosamente que vuelvan a subir un poco las temperaturas en nuestra provincia, hay buenas y malas noticias. Hasta el jueves tendremos mínimas debajo de 10°, y máximas que no van a superar los 20°, detalla el meteorólogo Cristofer Brito.

A partir del viernes y cerca del fin de semana se espera que suba unos grados la temperatura, tras la fuerte irrupción de aire frío que tuvimos en Tucumán.

Hoy podría registrarse el día más frío del año. Hasta ahora, el récord fue el pasado 15 de mayo, cuando la temperatura mínima marcó 2.6°.

¿Tendremos un invierno muy helado este año?, le preguntamos a Brito. Por ahora, todo indica que viviremos un invierno normal, pero sí sentiremos más frío esta vez. “Eso si comparamos con el año pasado, que no hizo nada de frío prácticamente. Lo normal es que sí haga frío”, remarca el especialista.