CUENTOS

UN LUGAR SOLEADO PARA GENTE SOMBRÍA

MARIANA ENRIQUEZ

(Anagrama – Barcelona)

En la 48° Feria Internacional del libro de Buenos Aires tuve la oportunidad de escuchar a una escritora que pertenece al canon literario argentino, ella es Mariana Enriquez. Tiene humor, espontaneidad, utiliza un lenguaje apropiado para todo público y lo que siente lo expresa con la misma naturalidad con que sus personajes ven y hablan con fantasmas propios y ajenos.

Enriquez es multifacética, conocida por una estética que la define y consagra. En sus cuentos y en sus novelas impera un aire novedoso del gótico; se aleja del modelo de Bram Stoker, autor que en el siglo XIX instaura el mito del vampirismo.

Un lugar soleado para gente sombría integra cuentos en los que relata la presencia de fantasmas familiares o desconocidos que visitan hospitales o se regodean en lugares públicos o en la intimidad. En sus recorridos, se apela a un ambiente siniestro; espectros que tornan monstruosos ciertos espacios donde se derrama la inquietud, el suspenso, el miedo como en esos “Ojos negros” donde unos niños piden desesperada ayuda y el personaje protagónico se las niega, resistiendo con espanto ante estas presencias llegadas de una dimensión inexplicable. Son cuentos que descentran al lector, provocan sensaciones ambiguas que desorientan, mediante situaciones fuera del orden normal, son arbitrarias y rompen con el cotidiano vivir del ser humano.

En “Mis muertos tristes”, hay adolescentes muertas, relato donde se quiebran las fronteras entre lo fantasmagórico y lo real porque “parecían chicas vivas”; hay diferentes tipos de fantasmas, lo que es propio de ellos o lo que nuestra percepción admite de ellos. Hay una especie de “epidemia de fantasmas” que alude a una sociedad en la que se acrecientan los actos delictivos, los comandos barriales. Una realidad que se vuelve tan insoportable como esa otra dimensión de fantasmas que avanza, en una “ciudad que ya no sabe qué hacer”.

En “Los pájaros de la noche”, influjo de la pintora surrealista argentina Mildred Burton, un personaje anuncia convertirse en pájaro, elemento fantástico vinculante con mitos populares del NEA, aludiendo a castigos que recaen en las mujeres.

Lo monstruoso invade la narración con influjos de escritores como Stephen King o de mitos entrerrianos, entre otros. Hay una estrecha relación con los contextos socioculturales. Silvia Barei se pregunta ¿qué pasa en el mundo para que aparezcan estos seres fuera de la norma? Pasa la devaluación de la sociedad. Enriquez narra ese desorden, desbordado y fantasmal.

© LA GACETA

Un lugar soleado para gente sombría*

Por Mariana Enriquez

“Pero esa noche el cuello se me endureció al instante y entendí a qué se refería la gente con piel de gallina, con escalofríos de terror, con los pelos de la nuca erizados. Eran dos chicos, de unos seis u ocho años, uno de cabello oscuro y el otro de color cobre. Los dos estaban peinados con raya al costado y gomina o gel: hiperprolijos, como niños antiguos. Y la ropa también estaba equivocada. Les alcance a ver los mocasines, y los jardineros de tela marrón sobre camisas blancas como tiroleses. No parecían disfrazados, sino inadecuados. De otra época. Pero no eran fantasmales. Carne y hueso, piel que se veía en sus detalles, bajo las luces de la calle...No flotaban ni eran transparentes, solo estaban demasiado quietos”.

*Fragmento.