Cuando uno piensa en ellos, visualiza las grandes producciones que todos conocemos. Normalmente son “Made in USA”, y resulta imposible pensar que algunos desarrollos que tanto nos entretienen son hechos acá, cerquita. Hablamos de videojuegos, una de las 10 industrias más grandes del mundo. Según datos recientes, recauda alrededor de U$S 100.000 millones al año, y aunque suena como un mundo lejano, nuestro país lleva la delantera. ¿Alguna vez jugaste al ‘Preguntados’? Sí, la Argentina hace muchos (y buenos) videojuegos. Tucumán, por supuesto, pisa fuerte.

El mundo de los videojuegos en la provincia es una industria en crecimiento. Tanto, que se quiere convertir a la provincia en un polo de desarrollo; e incluso se fundó una cooperativa para impulsar las creaciones. Además, se comenzó a hablar de impulsar una carrera o curso formal para los interesados en esta tecnología. Representantes de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), del Poder Ejecutivo y desarrolladores de videojuegos se reunieron para charlar sobre la posibilidad de institucionalizar un trayecto académico de formación. Es que claro, se trata de una industria con miles de posibilidades, que está en todos lados: en el colectivo y en las calles los usan chicos y grandes; y en un momento de ocio, son la oposición al aburrimiento. Según datos de una encuesta realizada por la empresa Sortlist, los argentinos utilizan el celular unas nueve horas y 39 minutos por día, lo que posiciona al país en el quinto puesto a nivel mundial.

De los encuestados, el 35% acusó dedicar entre una y cinco horas al entretenimiento virtual. “Y la situación de producción en Tucumán viene creciendo en los últimos cinco años, aunque la provincia todavía no esté en el cordón principal de desarrollo, ocupado por Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe. En el país, el año pasado se movieron U$S 91.000 millones. La idea es que desde acá nos podamos sumar a ese cordón; somos la punta de lanza del noroeste”, dice a LA GACETA Sebastián Buratto, referente de la Comunidad de Desarrolladores de Videojuegos de Tucumán.

Él sabe perfectamente que en suelo local hay buenos desarrolladores, y que muchos de los estudios especializados lideran los concursos y becas que se presentan en los últimos años, tanto a nivel nacional como internacional.

Situación actual de los videojuegos

Los casos de éxito son varios. “Los Infernales” es un videojuego tucumano, desarrollado por Damián Caro, que recrea algunos pasos del recorrido del ejército de Los Infernales, que tuvo gran injerencia en la lucha independentista del país. Otra creación conocida es “Shikita”, que busca educar sobre la diabetes y que está disponible en el Google Play. Ambos tucumanos; es que la provincia es referente; y aunque los usuarios no lo sepan, muchos grandes productos cuentan con participación de expertos de la provincia.

No es casualidad, entonces, que de repente haya tanto interés en profesionalizar aún más a la comunidad. Esta semana se presentó formalmente Videojuegos Tucumán Coop (TVC), la primera cooperativa en su tipo en Tucumán. Fue fundada por Buratto y por los desarrolladores Saga Barros y Hernán Espinosa. La idea es formalizar el trabajo, ofrecer asistencia y que haya un aparato legal que facilite el cobro de servicios a clientes del exterior, que es la principal fuente de ingresos de los creadores.

CHARLA. Creadores y personal de la UNT buscan crear un tramo formativo.

Frente a tanto movimiento, la educación también es necesaria. “Es sabido que la actividad del videojuego genera un movimiento económico y cultural muy importante entre los jóvenes, como fenómeno global. Y más allá de la existencia de un gigantesco mercado universal de consumo, nuestra provincia tiene una enorme capacidad creativa y de talento para la generación de estos productos -explica Juan Carlos Veiga, director de la Escuela Universitaria de Cine, Video y TV de la UNT-; hay una gran demanda y un mercado de producción local capaz de brindar soluciones de calidad, pero que necesita capacitación académica y un mayor fomento de la industria”.

Progresos

Por eso se reunieron referentes en la provincia y diversos representantes de la UNT. El encuentro fue para dialogar sobre esta idea de institucionalizar un trayecto de formación; podría tratarse de cursos, de una oferta de grado, de pregrado o de una diplomatura. La idea es llevarlo a cabo en la Escuela de Cine por una razón, que Veiga indica: “a diferencia de lo que ocurre en el desarrollo de software, la industria del videojuego no solo requiere capacitación en programación, ingeniería y diseño, sino que basa su proceso creativo en la técnica de la industria audiovisual, y requiere de producción, guión, artes visuales, sonido, decorado, textura y montaje, entre otros aspectos. Por eso requiere que quien quiera desarrollarse profesionalmente en esta actividad tenga una capacitación multidisciplinaria ”.

La sinergia entre los desarrolladores de Tucumán y la UNT no es nueva, advierte Buratto. “Hace más de dos años se creó el Club de Videojuegos de la UNT, en el que los chicos interesados en esta actividad pueden ir y formarse. Por eso también hay interés de la Facultad de Ciencias Exactas en esta idea”, expresa.

Educación formal

En Tucumán hay mucha movida para difundir la comunidad. En 2023, por ejemplo, se realizó una nueva edición del festival Tucumán Hace Videojuegos, “el evento más grande de desarrollo fuera de las cuatro provincias más posicionadas del país -asegura Saga Barros, también representante de la comunidad de creadores-; el tema es que no hay espacios de formación acá. Hay trayectos virtuales que se dictan desde universidades nacionales públicas, y algunos de ellos transformado en opciones pagas, pero no existe un espacio per se en la provincia. Existe el Club, pero no es un espacio de esa característica porque no hay docentes”.

Esta posibilidad sería una alternativa para los tucumanos. “Toda la gente de la provincia se capacita de manera virtual y autodidacta. Que se formalice la carrera permitiría que más personas estudien, que haya más mano de obra y que otros puedan sumarse a esta industria que no para de crecer”, reflexiona el desarrollador Gustavo Molina.

Por el momento -advierte Veiga- el proyecto está en una etapa incipiente. “La idea principal es el desarrollo de cursos con certificación oficial, como puede ser una diplomatura de grado que integre el conocimiento de distintas disciplinas necesarias para el desarrollo de estos productos. Estos cursos pueden ser articulados interdisciplinariamente con otros y ser complementarios. Para ello la UNT cuenta con respaldo institucional y académico, e involucra a la Facultad de Ciencias Exactas y a la Escuela Universitaria de Cine, Video y Televisión como ejes esenciales. Además, trabajamos conjuntamente con el Estado provincial para generar un formato académico adecuado a la necesidad y a la especificidad que requiere el sector”.

Por lo pronto, ya hay algunos avances en paralelo. Sebastián adelanta que este año la provincia será la primera de una prueba piloto junto a MASH Campus, una institución privada. “Firmamos un convenio con la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos de la Argentina y la escuela, que es una de las cinco más prestigiosas a nivel mundial, para formar formadores. Conseguimos 10 becas al 100% para Tucumán. Se llama ‘Formar Formadores’. Es un trayecto para la decena de tucumanos y para una persona de Catamarca, y ellos se comprometen a devolver ese aporte formando a más personas de la provincia. Así se construye un circulo virtuoso”, indica.