La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) realizó su tradicional relevamiento de los cañaverales de Tucumán durante el período que va de enero a mayo, con la finalidad de estimar la superficie cosechable y los volúmenes de caña de azúcar, como materia prima disponible, para la zafra 2024.

Para la estimación de superficie cosechable y para los niveles de producción del cultivo se utilizó información terrestre e imágenes satelitales Sentinel 2A y 2B. “El cálculo de producción de caña se realizó sobre la base de la información de superficie cosechable y de los relevamientos a campo que se efectuaron intensamente en toda el área cañera tucumana”, contaron los técnicos de la sección Sensores Remotos y Sistemas de Información Geográfica (SIG) y Jorge Sacandaliaris.

Dentro de los aspectos relevantes que ocurrieron dentro del ciclo vegetativo 2023/2024 se destaca el fenómeno meteorológico denominado “Niña”, que afectó significativamente la producción de caña de azúcar y de otros cultivos de la región durante los últimos tres años, que viró a una situación de mayor frecuencia y volumen de precipitaciones.

Debido a esto la condición de déficit hídrico generalizado que caracterizó a las últimas zafras se transformó en una condición de mejor disponibilidad de agua en el suelo y, por ende, la caña de azúcar no sufrió las limitaciones de crecimiento, salvo en unos cortos momentos del verano 2024; en especial, durante enero.

Esta fue una condición fundamental para que los cañaverales de la provincia recuperaran la capacidad productiva. Además, el manejo realizado por el productor cañero resultó decisivo para que las plantas aprovecharan la mayor disponibilidad de agua, para convertirla en biomasa productiva.

“Es necesario destacar que los productores realizaron importantes inversiones en nuevas plantaciones, lo que fue clave para remplazar cañaverales de larga vida y/o afectados por el estrés hídrico, que tenían su potencial productivo disminuido. Parte de esas plantaciones se realizaron sobre lotes que tenían otros cultivos antecesores, de manera que se aprovecharon las ventajas que conllevan las rotaciones”, dijeron.

En cuanto al manejo del cultivo, indicaron que se advirtió un importante avance de las nuevas variedades, que tienen un mejor comportamiento que aquellas que supieron dominar ampliamente los cañaverales de la provincia durante las últimas décadas. “La mejora genética junto al mejor manejo sanitario fueron factores importantes para determinar un incremento significativo de los rendimientos de materia prima y calidad de los cañaverales en esta zafra 2024”, afirmaron.

Puntualizaron, además, que el productor cañero no tuvo limitaciones económicas y financieras para llevar adelante un programa de manejo del cultivo de caña de azúcar. En este sentido, se deben mencionar, entre otros, las labores de control de malezas y de fertilización, que posibilitaron las condiciones adecuadas para aprovechar convenientemente las mayores precipitaciones del año.

En contra

Como factores negativos en el presente ciclo se puede mencionar un breve período de falta de agua durante enero en algunas zonas de la provincia, y alguna condición de exceso de agua en el suelo en unos pocos lotes de la zona cañera.

“Como consecuencia de la situación descrita, hay una mejora generalizada del nivel productivo de los cañaverales, que contrasta claramente con los resultados de las últimas tres zafras. Esa mejora, sumada al crecimiento del área, hace que en la zafra 2024 se pueda lograr un récord productivo histórico para la agroindustria de la caña de azúcar”, adelantaron.