Están acostumbrados a verse con asiduidad. Cada vez que pueden, se encuentran y se disfrutan como en sus años de juventud, aunque ya la edad empiece a pesar. Cada tanto regresan al lugar que los vio crecer, y al que sin duda están agradecidos. Recorren los mismos pasillos por los que caminaron; se acuerdan de las travesuras que hicieron y las aventuras que vivieron. Es que esta “es una relación para toda la vida”, dicen. Ahora volvieron “a la segunda casa”, para celebrar sus 50 años de egresados: la promoción 1974 del Instituto Técnico de la UNT está feliz de celebrar sus bodas de oro. Tanto, que le hicieron un vistoso regalo al establecimiento.
Lo miran con orgullo. “Queríamos devolverle algo al colegio que tanto nos ha dado. Se barajaron varias opciones... algunos decían comprar computadoras, pero bueno, la situación económica del país es complicada... Entonces se nos ocurrió hacer un cartel conmemorativo”, cuenta a LA GACETA Pedro Ardiles.
El póster fue ubicado en la esquina de General Paz y Jujuy. No habla de ellos ni de su aniversario.
Habla de algo mucho más importante: “dicen que no hay casualidades”, advierte Pedro. Sus bodas de oro coinciden con nada más y nada menos que el centenario de la fundación del centro educativo.
El camino comenzó el 29 de diciembre de 1923, cuando el Honorable Consejo Superior aprobó el inicio de las actividades para el primer ciclo lectivo, en 1924.
Las clases, formalmente, se iniciaron en marzo. Desde allí, miles de estudiantes pasaron por sus aulas y forjaron esta conexión eterna.
Recuerdos inolvidables
“Los colegios de las Universidades tienen esa mística, ese cuerpo... se mantiene una identidad aunque pase el tiempo. Y es un orgullo haber formado parte, sobre todo porque ingresás a través de un examen”, dice Ardiles, todavía admirando el regalo. “El tiempo pasa, pero la camaradería se mantiene. Yo vivo en el exterior hace décadas, y cada vez que vuelvo es lo mismo. Es increíble. No sé qué tiene... supongo que es algo que está en el ADN del colegio”, reflexiona Carlos Israilev.
Un grupo de la promoción (de la división Electromecánica) nos recibe fuera de la institución. Hace un poco de frío, pero todos empiezan a entrar en calor con las anécdotas. Se acuerdan de cuando trajeron a Sui Generis y tuvieron que discutir con el mismísimo Charly García porque no quería subir a cantar; se ríen de las cientos de noches que pasaron sin dormir para cumplir con las entregas y se emocionan al rememorar cómo se ayudaban en momentos de dificultades. Para ellos, el tiempo no ha pasado.
También recuerdan las “metidas de goma” del profesor de física José Ángel Mordini, que a sus 84 se reunió con los ex alumnos para remembrar viejos tiempos. “Entré a los 13 al colegio, y todavía sigo viniendo... El Técnico cumplió 100 años; yo tenía esperanzas de llegar a esta fiesta. Trabajé 49 años acá”, dice. Fue docente y más tarde director de la institución. “Es difícil de explicar por qué nos queda este sentimiento de apego. Quizá, una de las tantas razones que lo puede explicar, es que estamos durante mañana y tarde aquí, seis años. Pasamos más tiempo con nuestros compañeros que con nuestra familia”, agrega Luis Octavio Corbalán.
Celebrando los cambios
También celebran el presente de la casa de estudios. “Todo ha cambiado, de la misma manera que ha evolucionado la sociedad”, reflexionan a coro. Mientras recorren los pasillos, festejan estos “nuevos tiempos” en los que las mujeres ocupan parte de las aulas. “Es muy importante la presencia de las chicas -reflexiona Luis de la Zerda-; cuando nosotros veníamos, sólo había varones”.
Ahí se suman a la conversación dos representantes del alumnado femenino. Victoria Salomón y Lara González entraron en 2020, con 12 años, a la institución. “En teoría, el Instituto siempre fue mixto; en el reglamento nunca se expresaba que no podían entrar mujeres. La primera mujer que ingresó era hija de un profesor, egresado del Técnico. Ahí empezó todo -relata Lara, representante del área de Cultura del centro de estudiantes-; hoy hay casi 70 estudiantes mujeres. Fuera de eso, todo sigue igual en el colegio. Esa hermandad que ellos relatan, se lleva por siempre”.
Con orgullo se introduce Victoria, y es aplaudida por los egresados: ella es la primera mujer en portar como abanderada una de las banderas en actos patrios. “Yo no lo sabía, me enteré hace poco. No lo puedo creer”, dice sonrojada y Lara completa: “tenemos un museo del Instituto, y un día recopilando datos, nos dimos cuenta de que el premio Lucas Córdoba (el galardón más importante que entrega la casa de estudios) jamás lo había ganado una mujer. Ahí nos dimos cuenta de que Victoria es la primera abanderada”.
Fiesta
Los egresados están promocionando, en compañía de los alumnos y de la institución, una cena de festejo por los 100 años del Instituto Técnico. La cita es el 31 de este mes en el hotel Catalinas Park; la propuesta es celebrar junto a estudiantes, profesores, egresados, autoridades y personal de la institución; los fondos recaudados serán para solventar gastos de mejoras edilicias que se realizarán en el edificio de General Paz 920. La inscripción y el pago puede realizarse a través del link shorturl.at/iDJNW. La tarjeta también puede abonarse de forma presencial en la biblioteca del instituto.
Vigilia artística: festival con la presencia de bandas y solistas del rock y el folclore
“Hierro T - Doble T -Instituto es” es el lema que invita a participar esta noche, a partir de las 21.30, de una vigila artística musical en vivo en el Instituto Técnico (General Paz 920), con la participación de distintas bandas de la provincia, para recorrer diferentes estilos del rock y del folclore local, con artistas que -en algunos casos- pasaron por las aulas de esta institución dependiente de la UNT. La agenda está integrada por Emiliano Vilagra Abadie, Hugo Iugeniuk, Lucho Hoyos, Destrucción en Cadena, Sidera Visus y Karma Sudaca (foto), para un cierre a pura potencia. La propueta se enmarca en las actividades por los 100 años del Técnico.