“Siempre que llego a un club me preguntan cuántos goles prometo. Eso depende de un montón de cosas, pero ojalá sea el goleador de este torneo”. Las palabras de Gonzalo Klusener reflejan un enfoque realista hacia el fútbol y, sobre todo, un compromiso con cada desafío que enfrenta. A poco de cumplir 21 años como profesional, el delantero de San Martín de Tucumán disfruta de su presente y espera seguir siendo determinante en el conjunto de Bolívar y Pellegrini.

Luego de marcar goles en dos partidos consecutivos y en la previa a Racing de Córdoba, el misionero de 40 años, en un mano a mano con LA GACETA, tocó todos los temas: su adaptación a la provincia, el técnico que más enseñanzas le dejó, la experiencia en el fútbol de Grecia y qué será de su futuro cuando deje de hacer el deporte que más lo apasiona.


- Pasaste por diferentes provincias, pero es inevitable preguntarte ¿Cómo te trata Tucumán?

- Muy bien, estoy muy contento en la ciudad. Consulté con compañeros que estuvieron acá y sabía dónde me iba a tocar vivir. Disfruto el momento, por ahí estoy alejado de la familia porque mi hijo está en Buenos Aires, pero dentro de todo la paso bien.

- Repetiste dos veces tu estadía en Mendoza con Independiente Rivadavia y Deportivo Maipú

- No los considero clásicos a los equipos, pero están cerca. En Independiente Rivadavia estuve sólo seis meses y después me surgió la posibilidad de ir a Honduras. Mientras que el año pasado pude regresar a Mendoza con Deportivo Maipú. Sin dudas, es un lugar especial para mí.

- ¿En Santa Fe te ocurrió algo parecido?

- Me tocó jugar en Sportivo Ben Hur al principio de mi carrera y después hice dos temporadas en Atlético Rafaela. Es una ciudad súper hermosa y tranquila, con gente muy respetuosa.

- Más allá de esos destinos, ¿Córdoba tiene un lugar especial en tu corazón?

- ¡Sin dudas! La considero como mi segunda casa. Todavía recuerdo el trato que tuve ahí. Imaginate que los hinchas de Talleres me reconocían todo el tiempo cuando salía a la calle.

GOLEADOR. Klusener fue el máximo artilerro de Talleres durante el ascenso a la Primera Nacional.

- ¿Te gustaba salir a recorrer en modo turista?

- Siempre iba a un restaurante que tiene un amigo allá. Todo el tiempo nos juntábamos a las 17.30. Mateábamos y la mesa siempre cambiaba de protagonistas. Salían charlas de todo tipo. Además, mi presente futbolístico también me había ayudado mucho para hacer todo más llevadero.

- Teniendo en cuenta tu extensa carrera, ¿Cómo es estar alejado de la familia?

- Es difícil obviamente porque te perdés un montón de eventos. Hace poco fueron los 15 años de mi sobrina, algo muy importante para mi y toda mi familia. Sin embargo, ellos entienden que esto es mi trabajo y responsabilidad. Me gustaría estar y siempre trato hasta último momento de poder llegarme.

- ¿Por qué decidiste jugar en Thrasyvoulos Fylis de Grecia?

- Es un país increíble. Estaba cerca de Atenas y pude conocer bastante. Justo estaba en pareja en ese momento, entonces ella me acompañó y conocimos bastante. Disfruté mucho de la historia y la mitología griega, algo que nos enseñaban en el colegio. Elegí Grecia porque era Europa en ese momento y siempre había tenido la ilusión de jugar ahí. Si bien me tocó volver al año, fue una experiencia inolvidable que me hizo cambiar mucho. Te abre la cabeza y muestra que hay varias cosas por aprender todavía.

- El idioma se complica, me imagino...

- Es bastante complicado. Llegué pensando que iba a poder resolver todo con el inglés básico, pero no era tan sencillo. Por suerte, tenía un compañero brasileño Doriva, que me ayudaba con la traducción. Yo nací cerca de la frontera con Brasil y por eso entendía bien el portugués. Él actualmente está retirado, puso una barbería en San Pablo y hasta el día de hoy seguimos en contacto.

- ¿Te costó llevar una vida normal en Grecia por este motivo?

- Yo no soy de apegarme a nadie y todo el tiempo trato de aprender. Cuando apenas llevaba seis meses en Grecia, decidí ir al súper y estuve cómo dos horas intentando comprar. Recuerdo que cuando llegué al país, me advirtieron que los griegos todo el tiempo te preguntan ¿Cuánto cobras? Quizás en Argentina puede ser tomado como una falta de respeto. Entonces, el carnicero me mostraba que cortes necesitaba y a la vez me decía Póso chreónete (traducido al español: ¿Cuánto cobras?) y yo no entendía nada. Finalmente aprendí y lo solucionamos.

DESTINO EXÓTICO. Klusener tuvo un paso fugaz por Motagua de Honduras.

-¿Y en Honduras? ¿Cómo es el fútbol de allá?

- Primero me llamó un entrenador y después un empresario. La propuesta económica era muy buena y les dije que si me interesaba. Sin embargo, mi salida de Independiente Rivadavia no fue nada sencilla. Tenía contrato vigente, pero llegué a un acuerdo para rescindir. El fútbol me hizo conocer lugares que por ahí teniendo un trabajo tradicional, quizás, se volvería muy difícil.

- ¿Hay algún técnico que te haya marcado tanto futbolísticamente como a nivel personal?

- Todos los técnicos tienen cosas que a vos te gustan y otras que no. Sin embargo, el objetivo es uno solo: que el equipo juegue bien y gane. El que me marcó mucho en mi carrera profesional fue Jorge Ginarte, que ya falleció, de Defensa y Justicia. Era muy claro en lo que decía y con el manejo del grupo. Otro que también fue importante es Arnaldo Sialle. “Cacho”, que tuvo un paso por San  Martín, me llevó a Guillermo Brown de Puerto Madryn y después a Talleres de Córdoba, donde ascendimos a la Primera Nacional.

EN MENDOZA. Klusener defendió la camiseta de Independiente Rivadavia y le marcó a Belgrano de Córdoba.

- Venís de ser goleador en varios equipos ¿Hay presión?

- Siempre que llego a un club me preguntan cuántos goles prometo. Eso depende de un montón de cosas. Obviamente que quiero hacer muchos, pero no depende de sólo uno, sino de todo el equipo. Pero, el compromiso que tengo con cada club por el que pase es entregarme al máximo. Ojalá sea el goleador de este torneo.

- En tu gol a Patronato, te abrazaste con Gonzalo Gutiérrez ¿Es una especie de mensaje a los más chicos?

- Me parece que debemos tratar de ayudarnos entre todos. Porque podemos crecer con alguna palabra de aliento o un llamado de atención para progresar. Espero el día de mañana cuando me toque irme de San Martín, que los más chicos les quede alguna enseñanza mía o aprendizaje. Cuando yo era chico, tuve ayuda de muchos referentes. Por ejemplo en Estudiantes de La Plata me aconsejaron José Luis Calderón y Rodrigo Braña. Es más, “Chapu” es el que me lleva a Quilmes. Obviamente, más allá de eso, uno es el que elige el camino y accionar que quiere.

- Venís de marcar dos goles en misma cantidad de partidos ¿Cómo te tiene esa buena racha?

- Estoy muy contento. Vengo entrenando bien, sin dolores prácticamente y eso es muy importante. Siempre fui de cuidarme mucho y en el momento que la actitud dentro de la cancha de un chico de 25 años sea diferente a la mía, ahí tomaré la decisión de retirarme. Por el momento, disfruto de venir a entrenar, compartir vestuario y todo eso.

CON EL "SANTO". Klusener viene de marcar dos goles con la camiseta de San Martín de Tucumán.

- Se te criticó demasiado por el tema edad ¿Cómo lo tomaste vos?

- Yo digo que el fútbol es presente. Si vos no rendís, no vas a jugar, y si rendís vas a jugar. Acá voy a competir por un lugar, por un puesto, me entreno, me preparo todos los días, y obviamente después el entrenador es el que elige. Me pone contento estar viviendo este momento. Me preparo para esto, soy súper competitivo y me exijo al máximo. La edad también me da esa experiencia de disfrutar en el gimnasio, con los chicos tomando mate, con el utilero hablando.

-¿Se disfruta cómo el primer día?

- Más ahora. En estos momentos, todo me da tranquilidad. Los goles no me marean. No me creo el mejor por marcar ni nada por el estilo. Sé que tengo que seguir por el mismo camino y que también habrá partidos que no me tocará convertir. El jugador aprende eso con el paso del tiempo.

-¿Buscás transmitir esa pasión a tu hijo?

- Obvio que se lo trato de transmitir, pero no soy un padre fanático que desea que su hijo sea jugador. La mamá me decía que no parece que venga de un futbolista, porque regaló los primeros botines que le dí y además tiene todas las pelotas desinfladas en casa. Pero, cada vez que estamos juntos, jugamos mucho al fútbol. En mi casa se respira eso.

- ¿Cómo tomás las exigencias del hincha? ¿Es entendible?

- El hincha quiere más todo el tiempo. Así es el fanático de San Martín y yo sabía a qué club venía, uno muy pasional. Entendemos las exigencias, pero también deben saber que esto es largo. Se debe ir partido a partido, cómo una carrera de resistencia. Sabemos que vienen de varios años por ahí donde no se les ha dado los resultados que querían. Que se queden tranquilos que hay un grupo comprometido.

- Te siento muy informado de lo que es San Martín...

- Todo el tiempo le preguntamos al utilero Dante sobre la historia del club. Veo por internet quiénes son los jugadores históricos y también en imágenes. Eso te hace ver de qué manera se vive el fútbol en la provincia.

- ¿Pensás en el más allá? ¿Qué crees que harás cuando dejes el fútbol?

- La verdad que no lo pensé, estamos muy en el presente digamos, pero en su momento se verá. Tengo una edad en la que debo ir pensando en cada semestre. Mi rendimiento va a marcar si sigo o no sigo. Actualmente la paso muy bien. Tengo el curso de entrenador terminado.

- Osea que te gustaría seguir ligado al fútbol...

- Obviamente me gustaría seguir ligado al fútbol, parece que más como una parte de entrenador. Pero antes de eso, me gustaría irme con el ascenso y que la gente al buscar los nombres del plantel, aparezca el mío. Eso sería espectacular, a eso vinimos en realidad. Por eso lo vamos a ir a buscar con nuestras armas y con todo lo que podamos brindar.  Espero que el día de mañana,  mis compañeros y la gente del club recuerden lo que yo trato de transmitir, sobre todo los valores que me inculcaron mis padres desde que era muy ‘chiquito’.