En los últimos años la palta se convirtió en una de las frutas predilectas de los argentinos. Pero es sabida la dificultad que implican los tiempos de este fruto que requiere de un tiempo justo para su madurez. Otra de las complicaciones está relacionada a las formas de conservación: una palta entera puede ser demasiado para una comida, por lo que suele comerse una mitad y guardar la otra.
Aunque su consumo no estaba difundido, algunas tendencias parecen haber llegado para quedarse. En almuerzos, en cenas, como entrada, en el desayuno, en las meriendas, con snacks, en sánguches. La palta es siempre una buena opción. Sin embargo nadie sabe exactamente cuál es el mejor método para guardarlas sin que se oxiden.
Ocho métodos recomendados para guardar la palta
Servilleta húmeda. Esta técnica consiste en humedecer una servilleta o papel semi absorvente y envolver con él la media palta -o lo que quede de ella-. Se recomienda guardar dentro de una bolsa para que no tome sabor extraño.
Recipiente con agua. Algunas personas utilizan este extraño método para guardar la fruta: en un bowl con, aproximadamente, un centímetro de palta, guardan la fruta con el corte hacia abajo. No es recomendable para quienes no están familiarizados con las texturas más blandas.
Limón. Una de las mejores formas de evitar que se oxide -no solo la palta, sino casi cualquier fruta o verdura- es colocarle una capa de jugo de limón en la cara cortada. Si bien le da un toque de sabor ácido, evita bastante la oxidación.
Cáscara de la palta. Otra técnica se sirve de la cáscara vacía que queda de la mitad de palta usada. La piel de la fruta se utiliza para tapar la mitad que se quiere proteger. No es la más recomendada para evitar que adquiera sabor ambiente.
Trozos de cebolla. Una de las más efectivas y sorprendentes es la técnica de cortar pedacitos de cebolla y guardalos junto a la palta. Si bien toma algo de sabor, puede ser una buena combinación y es la que más evita la oxidación.
Papel film. Dejar la semilla y envolver la palta con papel film es otra de las opciones. Pero la falta de oxigenación que genera este método hace que la fruta adquiera una textura más blanda.
Aceite de oliva. Cubrir la cara del corte con una capa de aceite de oliva también logra excelente resultados. La palta adquiere un sabor más amigable y menos intenso que el de la cebolla.
Aluminio. Envolver la palta en papel aluminio es también una opción muy utilizada. Pero para quienes consumen grandes cantidades del fruto, puede volverse un presupuesto abultado. Si bien evita que la oxidación prospere demasiado, no la evita por completo.