Para conseguir la aprobación de la Ley Bases en el Senado, el Gobierno está dispuesto a aceptar cambios en el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI). Uno de los puntos involucrados sería la importación de maquinaria usada sin aranceles.

Se lo hicieron saber los emisarios de la Casa Rosada a un grupo de empresarios en reservadas reuniones que se llevaron a cabo en las últimas horas, según publicó Ámbito.

Los industriales están pendientes de la negociación parlamentaria. Uno de los capítulos que más atención concita es el esquema que prevé beneficios impositivos, aduaneros y cambiarios para las empresas que decidan en el país inversiones de más de U$S 200 millones.

En términos generales, el mundo empresarial apoya hoy la creación de un régimen excepcional para incentivar las inversiones. Sobre todo por la coyuntura. “Ojalá Argentina no lo necesitara, pero muchos de los beneficios que se plantean son en realidad volver a la normalidad, por ejemplo en términos cambiarios”, dijo al mencionado medio Daniel González, director ejecutivo de IDEA

Sin embargo, también se plantean reparos y hay cierto consenso de que el RIGI es mejorable. Distintos representantes de la industria nacional participaron de las jornadas de debate en el Senado e hicieron especial hincapié en la necesidad de que los fabricantes locales cuenten con herramientas para competir en igualdad de condiciones a la hora de potenciar con proveedores.

Según las distintas cámaras que agrupan a empresas del sector, para alcanzar ese objetivo se necesitan cambios en el texto al que los diputados dieron media sanción porque tal como está planteado genera “competencia desleal”. González lo explicó de este manera: “Si vos producís un insumo para un proyecto que está calificado pero ese producto tiene insumos importados hoy no tienen el beneficio y se pone a la industria en una desventaja”.

Qué cambios podrían acordarse

En reservadas reuniones que transcurrieron durante las últimas horas, representantes de la Casa Rosada le revelaron a empresarios que el Gobierno está dispuesto a aceptar algunos cambios en el RIGI con tal de avanzar en una eventual aprobación de la ley bases.

Según pudo corroborar Ámbito con un alto funcionario y dos fuentes empresariales, los cambios estarían vinculados al reclamo de generar una mayor capilaridad de proveedores locales. Uno de los puntos que podría ser eliminado, y que genera mayor discordia en la industria, es la importación de bienes de capital usados libre de aranceles.

Otros capítulos que podrían tener modificaciones por la negociación que se está dando en el Senado, son el del llamado “impuesto a los ingresos personales” y el nuevo blanqueo de capitales. En el Gobierno dicen que los planteos son “razonables” y que se puede pulir el texto.

Los empresarios siguen trabajando para introducir cambios en el texto en el proyecto. Por un lado un grupo de cámaras dialoga con senadores, en especial de la “oposición dialoguista” y por el otro, hay entidades que ya piensan en aceitar ciertos puntos en la reglamentación, en caso de que consiga la sanción y se transforme en ley.

La suerte del debate parlamentario tiene implicancias para la economía, no solo por el RIGI. La Casa Rosada necesita conseguir un mínimo plafón político para demostrar que su plan es sostenible en el tiempo. Algo que siguen muy de cerca el Fondo Monetario Internacional y otros organismos antes de soltar fondos frescos.