Ariane Armas
LA GACETA
La ciencia no deja de revelar mediante estudios los riesgos de consumir con frecuencia productos ultra procesados. Depresión. Picos y caídas en los niveles de azúcar en sangre. Muerte prematura. Quizás esa es la clave por la que cada vez más personas busquen alimentos naturales para introducir en sus dietas y llevar así una mejor calidad de vida.
En este universo de posibilidades, en el mundo virtual de las redes sociales se ha viralizado el caldo de huesos, una receta alta en minerales (calcio, magnesio, potasio, fósforo, etcétera), silicio y otros oligoelementos necesarios para formar y fortalecer el tejido óseo.
Según como se lo presenta en Internet, cuenta con compuestos de colágeno y cartílago, que aportan glucosamioaglucoanos (GAGS), condroitinsulfato y aminoácidos como prolina, glicina y glutamina, esenciales para reparar la mucosa intestinal y formar colágeno y cartílago propio. En tanto, gracias a los componentes de la médula ósea asegura que es de fácil digestión y la gelatina que forma naturalmente retiene líquido y protege el lineamiento digestivo.
Todas estas múltiples cualidades ¿son ciertas?, ¿existen otras opciones para incorporar estos beneficios? LA GACETA consultó con especialistas que opinaron al respecto.
Alimento fuerte
“El caldo de huesos es una preparación que se obtiene a través de la cocción prolongada de huesos de vaca, con contenido de colágeno y elastina”, empezó explicando sobre la receta la nutricionista Lourdes Sosa.
“Lo que se hace después es separar, una vez que está frío, la parte que está formada por colágeno y por otro lado la que se formó por la grasa propia de este caldo que, eso sí, no es para nada saludable porque tiene un altísimo contenido de colesterol y de grasas saturadas”, aclaró.
“Está bueno incorporar esta preparación, pero teniendo la precaución de separar la parte grasa y consumir exclusivamente el tejido que está formado por el colágeno y la elastina”, añadió la nutricionista en ese sentido.
Ventajas y precaución
Sosa coincide en que en esta receta se pueden encontrar vitaminas, minerales y magnesio, aunque también remarcó que no son componentes exclusivos de estos caldos.
“Tampoco es que ingiriéndolos vamos a solucionar la vida de todos los pacientes. Hay que tener precaución en aquellos pacientes que tienen sobrepeso, problemas de colesterol elevado, o que pueden tener alguna complicación a nivel digestivo porque puede ser una preparación mal tolerada”, advirtió la especialista.
Otras opciones
No son pocas las personas que se decidieron a consumir esta preparación por el colágeno que promete, por lo que la siguiente voz que habló del tema fue la dermatocosmiatra Carmen del Valle Coronel.
“Para mantener saludables la piel, huesos y tejidos es muy importante la alimentación variada y equilibrada y, por supuesto, salud intestinal, que está íntimamente conectada con la piel”, expresó.
“Así, este caldo de huesos que se puso tan de moda es una fuente de proteínas, vitaminas, colágeno, aminoácidos pero no asegura ni significa que el organismo lo absorba como tal pues depende de muchos procesos biológicos para que llegue a los tejidos”, consideró. “No desmerita que pueda llegar a ser una gran fuente de energía pero no asegura que por ello se fortalezca las articulaciones, huesos y el colágeno de la piel”, resaltó.
Recomendaciones
“Para fortalecer músculos y articulaciones creo firmemente en la actividad física en conjunto con la buena alimentación y si es necesario, con una consulta profesional, la suplementación adecuada en cada caso particular porque no todos los cuerpos necesitan lo mismo”, recomendó la especialista.
“En cuanto a la pérdida del colágeno que se da naturalmente en la piel con el paso del tiempo hay muchos tratamientos estéticos como radiofrecuencia para estimular el fibroblasto que se ocupa de fortalecer el existente y generar neocolágeno con otra calidad”, comentó.
“Otra alternativa son los tratamientos de bioestimulación que impulsa la fabricación del propio colágeno y con resultados satisfactorios en la mayoría de los casos”, finalizó la dermocosmieatra.
Bueno en animalitos
¿Sabías que el caldo de huesos también es un super alimento para mascotas? Al respecto contó detalles la veterinaria Sofía Juárez Masclef. “Se hace la misma preparación que para humanos. Se recomienda al menos 12 horas de cocción de los huesos en agua que tenga algún ácido, como vinagre de manzana o jugo de limón, aunque este tiempo se reduce si se usara una olla a presión”, indicó.
“Además de aportar humedad a los alimentos secos y balanceados de nuestras mascotas, tiene muchos componentes como colágeno y glucosamina que son condroprotectores naturales, ideal para perros con problemas articulares”, explicó.
“También ayuda a regenerar el epitelio intestinal y es de fácil digestión por lo que se lo utiliza como tratamiento de pacientes que atravesaron algún proceso digestivo”, pormenorizó.
Conservación del caldo de huesos
La veterinaria especificó que todos los perros y gatos sanos pueden consumir el caldo de huesos. “Aunque hay algunos casos especiales en los que se debe restringir algunos minerales en la dieta como en pacientes renales en los que habría que evaluar su consumo de acuerdo con el caso”, señaló.
Sofía apuntó a que se lo puede elaborar y tener en la heladera por un tiempo máximo de 72 horas, o colocar en cubeteras y conservarlo en el freezer sin problema por tres meses.
“Al momento de ofrecerlo en invierno recomiendo que se lo derrita y se lo ofrezca tibios sobre su alimento, y en el verano se los pueden dar como heladitos para refrescarlos, teniendo en cuenta que la cantidad diaria indicada va de los 30 a los 60 ml cada 10 kg”, advirtió.
Cómo prepararlo
Ingredientes
1 kilo de huesos. Puede ser: rodilla de ternera, espinazo y pata de cerdo, cáscaras de pollo, patas de gallina.
4 litros de agua
2 cucharadas de vinagre de manzana
1 cebolla
zanahoria
apio
puerro
ajo (al gusto)
2 hojas de laurel
Paso a paso
1- Lavá bien los huesos que vayás a utilizar en tu caldo y colocalos sobre una bandeja para horno. Tostalos unos 30 minutos a 180ºC.
2- Pasá los huesos tostados a una olla grande y cubrilos con el agua, que queden unos 5 centímetros de espacio en la parte superior de la olla. Agregá el vinagre de manzana.
3- Dejá al fuego por lo menos durante ocho horas a fuego mínimo, vigilando que no le falte líquido.
4- Añadí las verduras en la última hora de la cocción para conservar mejor el sabor.