Recorriendo mi ciudad, Las Talitas, y San Miguel de Tucumán me hice unos cuestionamientos: ¿Conocemos los tucumanos nuestro patrimonio cultural? ¿Nos interesa ese patrimonio o lo desconocemos tanto que lo dejamos en el olvido? Un claro ejemplo de esto es la Casa Roca, ubicada en la ciudad de Las Talitas, en el barrio Pinar de Roca en El Colmenar. Esta casa, perteneciente a la finca El Vizcacheral, se presume que es el lugar de nacimiento del dos veces presidente Julio Argentino Roca y donde vivió su padre, el coronel Segundo Roca, un personaje histórico de nuestra provincia que, al igual que la casa, está siendo olvidado y perdiendo su merecido lugar en la historia. Para ponerlos en contexto. Segundo Roca luchó en las Guerras de Independencia de América, en la guerra contra Brasil, en las guerras civiles de nuestro país y falleció en el campamento al inicio de la Guerra de la Triple Alianza. ¿Es justo que olvidemos a un comprovinciano tan significativo? ¿Por qué Tucumán parece tener esta fascinación por el olvido y la destrucción de su patrimonio histórico? Hoy en día, la ciudad de San Miguel de Tucumán es solo una sombra de su título de Ciudad Histórica. Muchos edificios históricos han sido demolidos en nombre de la modernidad y muchos próceres han sido olvidados. Por ejemplo, la casa donde vivió Juan Bautista Alberdi ya no existe; en su lugar hay un restaurante en la calle 25 de Mayo esquina 24 de Septiembre, con solo una placa, casi oculta por un decorado, para recordarlo. Otro ejemplo es la casa de Ricardo Rojas, un escritor que defendió la identidad argentina, y en su honor el 29 de julio, día de su fallecimiento, se conmemora el Día de la Cultura Nacional Argentina. Esto es solo por citar algunos lugares y personalidades que están cayendo en el olvido. El problema principal de Tucumán es que no se respeta a sí misma. Porque, aunque existen leyes de patrimonio que resguardan nuestra cultura, historia e identidad, estas no se cumplen. Como es el caso de la Casa Roca, parte de la finca El Vizcacheral y perteneciente a la familia Roca, está protegida por la ley provincial n° 7.856, que promulga la creación de un museo en honor a Segundo Roca y sus hijos, reconociendo la relevancia de la familia Roca en nuestra historia desde el siglo XIX y principios del siglo XX. Esta ley, que data del año 2006, está vigente y no se está cumpliendo. Tal vez por falta de voluntad política o simplemente porque las leyes quedan en papel, solo para figurar. Es triste saber que este patrimonio se está perdiendo; la Casa Roca, no solo para nosotros los que vivimos en Las Talitas, sino para todos los tucumanos y argentinos. ¿Quién es responsable de esto? ¿Los políticos por su inacción? ¿Nosotros como pueblo que no respetamos nuestra historia? ¿O es una falta de un plan educativo que nos enseñe a revalorizar nuestra historia, parte de nuestra identidad, fomentando así un sentido de pertenencia? Es decir, hacer propios la historia, los monumentos y las bellezas de nuestra provincia. Si no tomamos conciencia y reflexionamos sobre estas cuestiones, continuaremos perdiendo partes importantes de nuestra historia para siempre. Es fundamental hacer respetar las leyes y, en este caso, salvar la Casa Roca, dejando este lugar como un testimonio de nuestra historia.

Manuel Ezequiel Arce

arcemanuelezequiel@gmail.com